I
Hermano del alma,
verso de mi vida.
Tejedor de glorias,
idilio y utopías.
Hijo, pana, amigo,
cargado de esperanza,
andabas por la vida
con tu gesta y amistad,
dando amor ejemplar,
cual pastorcito celestial.
II
El amor siempre contigo,
la nobleza de Mamá,
acicate de tu canto,
enfermera de tu faz,
catecismo existencial.
Ella alzó su dignidad
en tu triste fraguar,
lo cual rozó tu ser,
aún con muecas de dolor,
jamás pudiste claudicar!
III
Días y tardes contigo,
en intermitente paz,
con noches agónicas.
El martirio persistía.
Tu alma flotaba
y clamabas perdón.
No era para tanto,
porque jamás fallaste,
hermano, varón,
lo hacíamos por amor.
IV
En la mañana, Mamá,
ávida y trasnochada,
amasaba las arepas,
rellenas de gratitud.
Reverenda actitud,
coronaba como madre.
Un gemido de afecto
colocaba el alimento
en la sagrada mesa
con sabor suculento.
V
Andresito con frenesí
subsistía en la vida
Su suplicio no apocaba
sus afanes y fe.
Gran lector y analista,
daba gracias a Dios
por su ser y su adiós,
por su familia solidaria.
Excelso y filantrópico
feliz en su universo.
VI
Nada era de él,
todo para los demás
El bien era su oración,
acciones de bienestar.
Poco a poco cedía
ante su aflicción.
El Señor canta, me llama.
Sepan de mi hasta luego,
preparó sus maletas
para escalar el cielo.
VII
Antes de partir, platicó…
Gracias familia!
Gracias Doctora Felicia!
Ya está bien!
El Señor me necesita.
Debo estar con Él!
Rezos y bendiciones!
Entre abrazos y sollozos
Nos dijo: Cuídense!
Ayuden a Mamá por favor!
VIII
Testimonios del Señor,
oraciones de aliento,
un mensaje de futuro
en medio de lamentos.
En los primeros días
del mes de junio
del año noventa y uno,
un Santo Domingo,
ascendió hasta el Reino
de Dios, que tanto ansió.
IX
Andrés... Andresito!
Hermano! Hermanito!
Amaste y fuiste amado.
Enseñaste amor solícito,
diste clases de tesón,
de lucha por la vida,
de morir con valentía.
Superaste pronósticos,
y te fuiste al infinito,
porque urgía de ti.
X
Fuiste y eres un Ángel,
un mensajero de Dios
en la tierra y su verger,
en la familia, en la gente!
Nos dijiste adiós,
y no nos dejaste,
sigues en nosotros
en nuestros hogares,
es cuestión de tiempo,
para de nuevo besarte!
Comentarios1
Dedicado a mi hermano Andresito: Un agente de Dios en la tierra, luz eterna de nuestra familia.
Rafa, lei su poema y créame que un nudo apretado me comprimió la garganta....me abstuve de comentar al inicio pues no nos conocíamos y no vi bien dejar mis letras sin previa amistad, en eso soy en extremo cuidadosa. Ahora que ya somos amigos, le digo que me impactó tan bella dedicatoria a su hermanito que como angel vela por su familia y usted.
Feliz noche y gracias por compartir en poemas sus vivencias.
Gracias Isis! Estimulantes y hermosas palabras. Recibe mi afecto. Un abrazo!
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