La Lengua Castellana

Ivan Medvedev

¡Cantad, chirimías sonoras!

¡Retumbad, órganos de oro!

Cantar en palabras sinceras
Pretendo, ¡oh escuchad!

De lengua que no simplemente adoro.

 

Surgida en las llanuras

Potentes e inquebrantables

En aquellas polvadas anchuras

Donde Castilla la madre

Las sus llanezas desenvuelve.

 

Crecido a través de los siglos,

Por sabios gigantes forjado,

En este humilde poema

Bastante serás alabado.

 

Ahora, de reverencia llenado,
A vos, idioma loado,

Te ruego que me condesciendas,

Fuerte señor venerado,

Que tanto amor me enciendes

Aceptando mi dádiva honrada

Con suma piedad regalada.

 

Hoy quiero encomiar tus proezas,

Tus fazañas pretendo loar,

Cantando tus santas altezas

En verso te voy a alabar.

 

Con esto os ruego humilde,

Al canto oído prestad,

Si quiere su ánimo libre,

Mi verso, señor, escuchad.

 

Que ya que magnánimo sois

No desechará su vuestría

La mínima dádiva mía.

Así que comienzo, potente señor,

Su gloria decir y luciente fulgor.

 

En la Península majestuosa

Do nunca se pone el sol

Tu vía hubiste empezado,

En los albores primeros tu arrebol

Al Sur le hubo honrado

 

Cuando el críptico pueblo ibero

Sus tierras iba poblando

Y el pueblo valiente, guerrero y fiero

Su norte amedrentando.

 

De sierras alpinas aquestos,

Del Sur aquellos venidos,

Con sus lenguas por vastos terrenos

Quedaron los dos esparcidos.

 

Y tiempos pasaban sin visos de apresurar

Su carrera pasmosa

En siglos, cuando el mar parecía

El elemento impredecible

De lengua que sólo nacía –

¡Oh grave misterio y temible!

 

Oleando igual que la senda marea

En la que agua y aire se entreveran,

A tu palacio firme cimiento se crea

Cuando los pactos celto – iberos se cierran

 

Por los carpetos valientes, y vetones tan esforzados

Que al Neto rezando animales le inmolaban,

Y pintados de rojo, de todos temores privados

Sin arneses ni escudos en las batallas entraban.

 

Y los tartesios, ingeniosos en artes y en mercados

Que a los dioses suyos toros les ofrendaban.

Estos al norte, aquellos al sur adentrados,

Mezclando sus lenguas, la base primera sentaban.

 

Corrían los siglos, rezumándose como arena

Culturas externas se alternaban, en tuya improntas dejando,

Fenicios vinieron, a focenses rindió Cartagena

Con intrépidos celtohispanos en vano luchando.

 

En el año centésimo segundo romanos aparecieron

A cartagineses de tierras iberas echando

Mal daño entonces a los lusitanos hicieron,

Reduciendo a cenizas sus pueblos y gentes exterminando.

 

Dos siglos pasados, las legiones tu septentrión

Con armamentos y fuego invadieron;
Mas cánabros, galaicos, astures prefirieron la muerte

A ignominia de los vencidos y malhadada suerte:

Que mansamente las tribus no se rindieron

Y resistencia única y singular al invasor opusieron.

 

Vestidos con denuedo, no coseletes forjados

Impertérritos mismos, en lucha horror infundían

A hombres romanos, a cual más esforzados

Que antes apenas temor conocían.

 

Mas pasan los años, las tierras iberas

Por Roma se ven doblegadas,

Las célticas tribus, las tribus guerreras 

A hablar en latín obligadas.

 

Iberia expira, en llamas lucientes

La pira mortuoria arde,

De lenguas nuevas provincia reciente

Vio luz bajo el signo de Marte.

 

Y tus años antiguos ilumina latín

Por férrea mano impuesto,

Con luz de Lucano, cordato sin fin,

Y Séneca, sabio honesto.

 

Mas lengua tan culta y tan acendrada,

Labrada por culta y sabia acción

De nobles insignes y cuerdos hablada,

Comienza su transformación.

 

Discurren los siglos, cual ebrio sopor,

Y el sermo vulgaris cambiando

Marcó tu inicio tu esplendor,

Cundió, a nosotros guiando.

 

Y vienen los godos, el pueblo de pro,

Por sus desmanes movidos,

Con huestes potentes su gente entró

Portando aceros temidos.   

 

En cualidad de los nobles, condados mandando,

El pueblo matón y severo,

En tu defensa con armas velando

Aportóte palabras de hierro.

 

Más años pasaban de tu formación

Y lengua nueva forjando

En enigmática transubstanciación

Lenguajes se iban mezclando.

 

¡Y al fin emergiste, tierra nueva dichosa,

Llamada del mar de los siglos oscuro

Y obcecónos entonces tu faz luminosa,

Oh, sol refulgente y puro!

 

El “Viaje de Santa Egeria” antes,

“Cantar de Mío Çid” Ruy Díaz luego

Sellaron tu existencia con letras pujantes,

¡Oh, lengua ardid, indomable fuego!

 

¡Oh, lengua! Tu nunca parabas en tu progresar

A cumbres nuevas saliendo,

Igual que un cóndor que nubes pretende cazar

A épocas sobrexcediendo.

 

Y cada magnífico tu escritor,
Sus obras al noble metal agregando

De lengua bellísima fue creador,

El arma sin par e invicta forjando.

 

Más años pasaban, tu faz moldeando

Y confines pelágicos atravesando,

Al fin descubrió el terreno nuevo

Colón, ilustrísimo aventurero.

 

Y comenzaste tu marcha por tierra ultramarina,

Origen de una cultura nueva marcando,

Y renaciste, y fuiste tan única y tan divina,

Visiones del mundo y lenguas entrelazando...

 

Y cuando España sus tiempos penosos sufría

De infortunios del decimoséptimo siglo llagada,

Tú fuiste quien su renombre mejor protegía

Al vértice de tu desarrollo llegada.

 

Y retronó igual que un instrumento sonoro

Al mundo devoto y admirado dejando

Tu gloria: inigualable Siglo de Oro,

Y alumbraste el orbe, a cada lector embrujando.

 

¡Castellano! En tu majestad y fulgor 

Revive el alma y la noble historia 

De pueblos crecidos en tu esplendor

¡Su fuerza encierras, su fama y gloria!

 

¡Lengua antigua de ínclitos luminares

Fuerte y culta, por siempre seas loada!

Lengua excelsa que hablan felices millares

¡Arma invicta gloriosa, lumínica espada!  

 

¿Quién no se postrará ante tu magnificencia?
¡Tu riqueza alegra, tu celsitud arrebata!
Cuando te veo, olvido pesares y toda dolencia,
Y sé que el mundo entero te altamente acata.  

 

Ahora, de sumo respeto a tu grandeza llenado,

Confieso, oh lengua – tu eres mi vida y alma.

Aunque no soy nativo, te he elogiado; 

Tu ausencia me quita, tu presencia retorna la calma.

Ver métrica de este poema
  • Autor: Ivan Medvedev (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de mayo de 2016 a las 12:09
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 143
  • Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, pani.
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Comentarios3

  • Ivan Medvedev

    Yo soy un estudiante de Moscú, Rusia, que estudio la lengua española y literaturas de países de habla hispana. No soy hablante nativo, pero intenté escribir un verso sobre este idioma magnífico, que tienen tanta suerte de conocer millones de personas hispanohablantes. Muchas gracias por su atención! Me interesaría particularmente como percibe este mi verso un lector o una lectora hablante nativo de este incomparable lengua))
    ¡Viva el castellano!

  • kavanarudén

    Precioso!
    Felicidades amigo.
    No es fácil escribir en español, menos la poesía.
    Has hecho un magistral poema, histórico, sentido, profundo.
    Me ha gustado mucho.
    De mi parte un fuerte abrazo desde esta parte del mundo.
    Kavi

    • Ivan Medvedev

      ¡Muchas gracias, Kavi!
      Un abrazo
      Ivan

    • pani

      INCREÍBLE... ERES UN POETA EXCELSO QUE DOMINAS UNA LENGUA HERMOSA Y PURA... DIOS TE GUARDE POR SIEMPRE IVÁN...



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