Un día mas concluye, y este dolor me aprieta,
pienso en los días alegres que siendo
alegres
no los reconocí, por parecerme rutinarios
como cualquier otro día, tozudamente
me arremolino en esta silla,
oigo el tic tac del reloj y quiero recuperar
los días diluidos en que como un insecto
pululaba de aquí para allá,
muchas veces sin una razón,
lo chistoso de todo esto es que solo al final
nos volvemos sabios y llegamos a saber
lo que debimos haber hecho
lo triste es que cuando eso ocurre
ya no hay formas de hacerlo;
pero quiero creer que aún hay
una probabilidad y que no aún no me llega
la hora del consummatum est.
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