La locura del amor

orlandomagno

Cuando estás tan lejos del encantamiento, suspiras, y ves el amor como si fuese una camada de estrellas resplandeciendo en las aguas.

Lagrimas angelicales corriendo a través del arcoíris, y  una voz que te dice que tuyas son las decisiones, más las elecciones, y que tu escoges con quien vas a sentir el amor.

Pero basta que una química coloquial, y una física difusa te hagan sentir deseos por alguien, para que tu corazón se impulse a buscar más y más de aquella adrenalina, o placer que te causa la compañía de aquella persona, que ahora más que hacerte suspirar, te hace imaginar una multitud de cosas mágicas. 

Entre tanto, que tú mismo te preguntas ¿Qué me está pasando?

Para responder ¡No Se!

Entonces las  cosas han comenzado a enredarse un poco.

Lo momentos naturales, y que se han vuelto parte mecánica y de la rutinaria de tu existencia, ahora parecen ser muchos más dinámicos, bellos, hermosos y resplandecientes.

Los ojos de aquella persona que te miran, semejante a dos soles clavados en el profundo firmamento, te hacen vagar, como si fueses algún objeto de ese universo.  Mientras por otra parte, has olvidado poco a poco que era tu decisión y elección.

Una vez las delicias de aquel cuerpo, han permitido que la saciedad del mismo caiga sobre ti como las gotas de lluvia sobre la fresca hierba, estas más y más cerca de un encantamiento que se torna placentero y caprichoso.

Es el anhelo de tu corazón deseando pasar tiempo al lado de esa persona, que para ti se torna tan desconocida, pero tan especial, que piensas que nunca la vas a conocer. Y quizás en ello no te equivocas.

Porque la magia primera comienza a perder poder y encanto sobre ti.

Ahora tú asfixias al ser amado, y comienzas a estrangular su autonomía, su libertad o su tiempo. O caso contrario te están asfixiando, te roban tu tiempo, tu ser, tus sueños y deseos más profundos.  

Pero es tan caprichosa la  unión sexual de aquellos que se han entendido, que la razón apenas se acerca a ti para aconsejarte, puesto que sabe que por más que te sientas dispuesto a mezclarte con ella, ahora posees un nuevo amor que te hace cometer locuras a diestra y siniestra.

Sin que te dieras cuenta ya no puedes  divisar un pequeño terreno de tierra.  Ahora el mar te arrastra de un lado para otro.

 Pues te has enredado tanto en la vida de aquella persona, que reclamas y peleas por sus derechos, como la persona  lo hace  por vos.

Luego con relación a los defectos y virtudes que posee aquella estrella resplandeciente, es como comienzas a formar muchas cosas bellas en ti, o caso contrario comienzas a cometer una serie de errores que día a día se multiplican sin cesar.

Ahora la insensatez es tu mejor amiga, y aun cuando todos los hombres de la tierra te exponen los mejores argumentos, y las mejores razones; no desistes de sentir que las dificultades, el malgenio o el deseo de mandar todo al olvido, se puede arreglar en la cama.

Y por un momento es así, lo que no sabes es que el cristal está roto. Y que te es mejor dejar, y que te dejen para que el daño no sea mayor.

Cuando te afirmas en tu decisión sientes padecer tu ser humano, porque tu elección te hace bien, pero te cuesta recibir los beneficios de esa gran decisión, porque estabas enfermo. Finalmente cuando vuelves a tu paz primera, sabes que hiciste lo mejor, ahora si sabes amar, porque te alejaste de ese embrujo que te hacía daño, porque no eran almas que debían estar juntas, y por ello se destruían mutuamente.

José Orlando Melo Naranjo, Bogotá, Colombia. 

  • Autor: orlandomagno (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 16 de mayo de 2016 a las 08:58
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 51
  • Usuario favorito de este poema: nelida moni.
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