Te prometí adorarte en momentos buenos,
 y te juré quererte en momentos duros.
 Frente al altar promesas y anillos fueron
 los que la luz nos dieron para esos tiempos
 en que cubriera el día ratos oscuros.
 Si decidieras irte como amenazas,
 levantaría mi frente mostrando orgullo
 y te daría la cara mientras te marchas.
 Escondería mi llanto tras la ventana
 y juraría llorando ser solo tuyo.
 Pero te quiero tanto mi bella dama
 que no podré vivir si no estás conmigo
 te buscaré en los valles, en las montañas,
 en las ciudades grandes, en las medianas
 hasta lograr hallarte y estar contigo.
 Y volveré a encontrarte al pasar los años
 con tu sonrisa alegre y tu frente mustia.
 En tu cabello blanco pondré mis manos
 y hasta querré besar tus delgados labios
 y acabará por siempre mi larga angustia.
 Y volverá el amor silenciosamente
 como nos vio y nos tuvo desde el comienzo,
 me llenaré de vida con solo verte,
 te entregaré los besos que tuve siempre
 y los guardé en mis labios con fuego intenso.
 Mas para ser sincero mi reina hermosa,
 no dejaré que cumplas con tu amenaza,
 te pintaré caricias una tras otra
 y me darás los besos que hay en tu boca
 para que estás conmigo feliz en casa.
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                        Autor:    
     
	Paolo Luna Wilson (Seudónimo) ( Offline) Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2016 a las 19:57
- Comentario del autor sobre el poema: A esas pataletas y la alegría de solucionarlas.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 72
- Usuarios favoritos de este poema: Kalma

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