Ahora

Oscar Perez

Ahora

 

Ahora que inventan nuevas palabras para decirme loco,

ahora que aprendo nuevos silencios para decir que vivo,

que envuelvo con mi sombra la luz de cada día

y traigo este regalo a piel desnuda hasta tu casa,

ahora que me dejas convertirme en tu enemigo,

en tu amor, en tu miel, en todo lo que viene,

que no queda un rincón en que el mundo nos rechace

y en que de pie en la luz nos entreguemos a su holgura,

ahora que la muerte es la matriz de todo sueño,

el frágil socavón en que se vuelve uno semilla,

promesa de gestar un más allá sin más lamentos

y acaso un más acá con nuevas y verdes verdades,

ahora que el dragón que calcinó toda esperanza,

que al pueblo devoró, que no sabía de prodigios,

que se hizo material en ambiciones suburbanas

y en lujos del tropel de ineptos que cuidan la torre,

escapa, sabe más que los que saben demasiado

y aprende a descuidar su fuego en pro de nuevos nidos,

ahora que vivir no es un peligro ni un deseo,

apenas una flor que no deshoja ni el amante,

apenas un cristal en que te pierden sus mil caras

y en que no sabes qué hacer cuando te encuentras con tu rostro,

ahora que al seguir en soledad entre el gentío,

percibes su calor, oyes las voces que murmuran,

entiendes del dolor como quien carga mil agujas

y no logra vender ninguna gota de su sangre.

Ahora que es así, perdido todo entre tumultos,

en copas de ciudades que se beben el destino,

en trozos de color de los mercados matinales

y en restos del estiércol en que duermes cada noche,

ahora, al palpitar, al encender las marejadas,

al sólo ser farol de lo que en niebla se entristece,

me acerco junto a ti, toco tu piel casi desnuda

y empiezo a cabalgar por tus adentros como el vino.

Ahora soy en ti como el vapor de un río turbio,

como la piedra audaz que, sin romperte, te atraviesa

y que, sin quererlo tú, entre tus manos acaricias,

defiendes, besas, vas a sepultar entre tus labios,

y es todo claro y ya, no quedan más que pretensiones,

armas que tomar para extinguir el laberinto,

pesos que cargar hasta llegar feliz a casa

y entonces descender hacia el olvido de los ruines,

libres del dolor y del estrado de los jueces de este mundo.

Ahora que no queda más afán que el de aclararte

lo que soy, lo que no he sido, lo que somos palpitando,

un nido con amor, una paloma con diez alas,

acaso un porvenir en que es ahora en que fundamos

las voces que vendrán, por eso es que en silencio canto,

acaso este final en que por libres bailaremos

y en que es ahora que me voy, pues, a tus pasos y tus besos

que allí se debe hallar la piel que pierdo

por amarte sin dudar ya desde siempre, ya desde ahora.

 

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http://letraskiltras.ning.com

 

24 04 16

  • Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 24 de abril de 2016 a las 16:40
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 27
  • Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, pani.
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Comentarios1

  • pani

    Sencillamente inconmensurable...



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