NyA.

Nataly Olarte

Los signos invaden mis manos cual colonia de tinta, van escurriéndose entre mis uñas para caer sobre líneas ansiosas de leer nuestra historia, de ir contando al mundo el relato de dos locos que se atrevieron a desafiar las distancias y ataron entre sí dos corazones que en breve se volvieron uno; dedos entrelazados recorren caminos que toman el color del amor al ritmo de pasos que sonríen y se besan sellando un pacto de infinidad, Sus rastros denotan olor a calidez y a medicina para la presión.

Las hojas vuelan queriendo ser pájaros, los pájaros envidian a las nubes, las nubes desean ser luna y la luna, ilumina senderos dónde un par de enamorados riegan los sueños que entre caricias han plantado, añorando para sus cráteres un rinconcito dónde resguardar un sentimiento que jura ser tan magnánimo cómo el universo mismo.

Marcas en el cielo delimitan surcos para el mundo incomprensibles: tres letras que sólo en troncos se han visto grabadas ¿Qué hacen tan distantes guaduales de igual forma cincelados? ¿Cuánto lloran dichos tallos al encontrarse separados? Preguntas cuyas respuestas podrían bien narrar las calles que separan a Cali de Medellín, a mil fantasías de jardín… A ti de mí.  

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