La noche se rasca un piquete de sol, y se le hincha hasta brillar demasiado. 
Se le ha volcado en una erupción de estrellas.
La noche siente comenzón y le arde la escamosa piel, la noche ha enfermado.
Siente un gran vacío cuando lo ocupa todo, se mira la espalda y ve su ombligo.
La noche respira sin ritmo, y estornuda,
vuelca su ímpetu sobre un sin fin de alusiones al infinito
cual si este fuera el peor de sus males.
La noche tiene fiebre y suda.
Se extirpa un tumor de quietud y entonces queda vacía, vacía, vacía.
La noche ha enfermado, duele de luto, 
la noche enferma muere, pero nunca muere de noche.
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                        Autor:    
     
	Dogen (
 Offline) - Publicado: 12 de abril de 2016 a las 20:43
 - Categoría: Sin clasificar
 - Lecturas: 69
 - Usuarios favoritos de este poema: angeldelanoche, Edu OZ
 

 Offline)
			
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