ODA A MI NORITA.

Alcides Mendoza Z.

Estrofa 1 acróstico único.

 

Movido por la noticia de tu deceso contemplo sin sentido el horizonte porque el dolor invade mi alma porque el dolor invade mi ser.

Impotente contemplación primera de tu cuerpo inerte terminó por convencerme que de este mundo ya no eras parte, que el ángel de la muerte tocó tu rostro y se llevó con él tu aliento de vida.

 

Nefasto día para nosotros, seguro agónica noche que tuviste que pasar; no alcanzo a imaginar aquello que por tu mente hubo de pasar, aquel pensamiento, o quizás aquella oración, que en pos de tu alma ofrendaste al creador.

 

¡Oooh! ¡Qué gran dolor! ¡Qué profundo vacío quien pudiera reemplazarte de entre nosotros si tus notorios defectos y tus marcadas virtudes eran la esencia de quien fuiste.

 

Resignado a perder tu cuerpo inerte con amargura de vida observo tu partida ya para que sirviera si tú ya no estabas ahí.

 

Inútil eran las muestras de dolor para quienes fuiste, hija, madre, hermana, tía, amiga, porque el paso que diste es irremediable, con él venciste la enfermedad que te aquejaba y gallarda entregaste a la muerte tu cuerpo y con ello murió también todo mal que en vida padeciste.

 

Temeroso de vivir sin tu compañía refugio encuentro enjugando mis lágrimas aunque, sé que es vano, aunque a bien entiendo que estarás mejor y libre de toda aflicción tendrás consuelo de nuestro Señor.

 

Antología confusa de sentimientos hacía ti de, amargura, de dolor, de angustia por perderte, de desconcierto por saber que no contamos contigo; que habrá un lugar menos en todo lo que hagamos, que actuaremos sin tu opinión, pero guardando tus consejos.

 

Desarrollo lírico

 

¡Ayyy! Mi Norita, mi Norita, mi Norita, que dolor tan grande se siente al vivir sin ti. Que enorme vacío dejaste entre nosotros, que tristeza tenemos al saber que tu lugar no será llenado jamás.

 

Loor a tus virtudes y comprensión para tus defectos; eso realmente te hacía una persona única, especial para nosotros que tuvimos la dicha de compartirte, de vivir contigo, de disfrutarte al máximo día a día. Salir contigo, conversar contigo, verte dispuesta a lo que venga, con la comodidad disfrazada de resignación con la clara convicción de que una golondrina no hace verano.

 

Es por eso el lamento de esta oda, es por eso la profunda tristeza el día de hoy, hoy que cumplimos un mes sin saber de ti, sin gozar de tu presencia y compañía, mes que marca el inicio a la eternidad, mes en que sabemos ya no estarás con nosotros, mes en que los días han sido un verdadero sacrificio sin ti, ver tus cosas, tu espacio, recordar tus gustos es un vivir sin vivir.

 

Nada de lo que se diga sirve ya; pero aprenderemos a vivir sin ti, entenderemos que donde quiera que estés estarás bien, que si el infortunio te arrebató pronto de nosotros, nos queda un camino que seguir y a ti la eternidad para descansar.

 

Con ésta oda te dirijo un adiós para siempre como el adiós que nos diste, porque aunque la muerte vencida fue, pasaremos todos por ella, caminaremos por el oscuro sendero hacia la tumba, por el repugnante proceso de la descomposición hasta convertirnos en polvo; pero con seguridad queda la esperanza de volvernos a levantar, y aunque quizá jamás de los jamases nos veamos fue un verdadero placer el que hallas formado parte de nuestras vidas hasta el punto de decir que, mientras en la eternidad te encuentres, eterno vacío será el espacio que nos dejas.

 

 

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  • Autor: Alcides Mendoza Z. (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de abril de 2016 a las 12:20
  • Categoría: Triste
  • Lecturas: 92
  • Usuario favorito de este poema: nelida moni.
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