Desde la torre del acantilado
tocan a muerto
las campanas de la sinrazón.
Monótonas e implacables
esparcen su llanto por el aire.
Cada toque es una ola
derramada en la playa.
Cada ola trae un cuerpo
desperdiciado e inerte;
tan efímero como la espuma
tan anónimo como un grano de arena.
Ha muerto la compasión;
igual que mueren los sueños
al llegar la mañana.
En soledad, en silencio,
borrado todo recuerdo.
El sentimiento de empatía
es una lejana utopía
y la indiferencia
es la voz de nuestra conciencia.
Ya nada nos conmueve
porque estamos huecos por dentro
Como las campanas de la torre
que siguen tocando a muerto
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Autor:
carlos obeso (
Offline) - Publicado: 18 de marzo de 2016 a las 14:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 97
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Perez Ortola, nelida moni, kavanarudén, ValeriaCastillo, blueworld, Alexandra L.
Offline)
Comentarios5
Entusiasmado por estos versos amigos de la empatía; intentaré hablar con el campanero para que toque a la vida, pero con cuidado, porque hay demasiados "vivos", je, je.
Estupendo.
Saludos cordiales.
Gracias Rafael. Necesitamos más empatía en este mundo
Triste la indiferencia, pero aunque resuene el campanario, muy difícil despertar la empatía que buscas, se debe trabajar y mucho contra la des-humanización que hoy habita en el mundo...
Un abrazo
FELIZ FIN DE SEMANA
Nélida
Gracias por leerme.
Me encanta tu "ojos de agua"
Realmente hermoso tu poema amigo, poeta del alma.
Fuerza, intensidad, profundidad.
Esa campanas que taladran hasta lo màs profundo, sobre todo cuando se tiene el alma vacìa.
Precioso.
Un abrazo
Kavi
me alegra que sientas esa intensidad.
Un saludo
.... Gracias por compartir, me encantó
Profundos versos, la falta de empatía y de total ausencia de solidaridad, , son rasgos característicos de nuestra sociedad actual en la cual cada individuo tiende a buscar su satisfacción personal antes que mostrar compasión con aquellos que mas lo necesitan. Hoy florece la pura indiferencia en el corazón humano. Grata lectura.
Feliz fin de semana, Alex.
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