Silvia

Kléver Eduardo Jimbo Paladines

Como quisiera volver el tiempo, para poder perderme en tu mirada, alegrarme con tu alegría, como quisiera recorrer el mundo a través de tu sonrisa, o perder el rumbo con tus caricias, y quizá tener un instante el viento en mis manos para llenarte de aliento día a día.

Y nada de la luna y las estrellas, nada de metáforas inconcretas, solo verdad a través de mis labios, a través de mis letras. Vaya que te quise, ¡por Dios! Te amé. Las cosas son como son y el dolor que llevo lo llevo tan dentro de mí que sigue partiendo mi alma. Aún recuerdo el aliento de tu voz, las palabras articuladas por tus labios, los mensajes de tus manos, todo aquello que alguna vez fue mío, o pretendí creer que fueron míos. Todo se vuelve un encierro en mis pensamientos, y la soledad acompañada es peor cura que la enfermedad. Pues recuerdo tu sonrisa, tu mirada, tu alma a través de las buenas cosas de la vida, a través de un amanecer, a través de la lluvia, de los ríos, de la pluma, del papel, de la topografía de la tierra, del olor del planeta, de la noche y del día, todo me recuerda a ti. Todo en esta vida son tus gestos, son tu existir.

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