El infierno en tu mirar

Manuel fernando

Encuentro en tu mirada el pasaporte al infierno, me estremece el hecho de tenerte atravesada en la trayectoria de mi mirar, aturdes abruptamente mis ideas, anestesias mi pensar e inquietas tremendamente mi sentir.
Y no sé qué sucede cuando nace de ti cualquier ligero contacto con algún pasajero pretexto, pues comienza a arder mi piel, se inunda de incertidumbre cada poro y entonces me encuentro tramitando mi pasaporte al infierno, no se precisamente a que circulo del infierno pertenezco cuando víctima del pecado de tus ojos termino en manos del destino quemando la pasión de tus besos..... Y ahí entre tus brazos se vuelve inevitable no sentir el calor de caminar cerca del infierno.

Alighieri no aclaró jamás que hay un rincón en el infierno destinado a los amantes que se quieren con locura más allá del tiempo, a ese pertenezco yo cuando estoy en tu presencia, que diabólica resulta tu voz cuando me llama por mi nombre y entonces mi ser de forma temeraria se atreve a continuar acercándose al abismo de tu boca, dispuesto a perderme en tus ojos, siento como quema por dentro cada idea que tengo sobre ti..... He sido aceptado en los tramites primarios rumbo al pecado de tu ser, me solicitan venda mi alma al demonio femenino que me ha sido otorgado amablemente por el diablo, si supiese el mismo Satán que ha sido superado por aquella mujer que me arrastra inevitablemente al pecado! ¿Qué haría Satán entonces?
Me enviaría al cielo castigado, alejado de mi musa diabólica, alejado de ese paraíso infernal de tenerla en mis brazos, mis brazos tan endebles que tiemblan simplemente al tenerla a mi lado, y mis suspiros se vuelven ardientes, el aire me quema y es entonces cuando el veneno de sus labios me salva.

Bendito demonio femenino, me estás salvando de la bondad de este mundo con tus manos frías que queman, me tienes a la orden y dispuesto a pecar contra la idea de un puritano amor, cualquiera frente a ti siente las llamas del infierno, y ¿si no tengo tu mirada? ¡que Dios se apiade de mí, no me importa nada! Vendo entonces mi alma, la alquilo o la quemo en tus besos, lo que sea necesario por tenerte a mi lado y sentir de nuevo el calor del infierno en este despiadado lado del mundo.


Y entonces tus besos me invitan sutilmente a reunir la malicia que hay dentro de mi, a entregártela en forma de tributo a tu belleza, que seguramente fue diseñada por algún escultor maldito destinado a pasar sus mejores horas en el frío infierno por desafiar los límites de la belleza, trampa de farsantes y fanfarrones haz aparecido frente al más maldito de los seres, capaz de negarse al amor de un Dios supremo solo por uno de tus besos....

Es breve mi paso por el infierno, y mis diálogos con aquel escultor autor de mi musa maldita, me describe a precisión el castigo de sus besos, "ha sido diseñada únicamente para ti" dice aquel endemoniado escultor con un tono de ironía y fundiéndose en su propia maldad me recuerda que no puedo huir de ella pues el pecado de sus ojos me seguirá en cualquier recóndito lugar de este sucio infierno llamado amor. Y me arrastra hasta el lugar de tu creación y me dice, y me toma y viéndome vulnerado por la maldita sed de tus besos se apiada de mí y de sus quemadas manos de escultor me entrega un instructivo para arder en el calor de mi demonio femenino, enunciado en prosa un único mandamiento de dudoso provenir: "entrégate al culto de su amor" no es consejo, es consigna, es pecado, es maldicion, es la misión de un pobre diablo enamorado.


"¡Que sea infinito tu paso por el infierno!" se escucha un grito de tortura originado por un poeta condenado al amor, y que me queme cuanto pueda el calor de sus brazos, que me enfríen la maldicion de sus besos y aquel bendito y torturado escultor, vigila a lo lejos su mejor creación yéndose a mi lado, velando por el pecado original, si supiera aquel demonio femenino que la invoco a todas horas en mis momentos de desvelo, y me entregó un poco más al deseo de sus ojos que sugieren existir para poderse mirar.....haz quemado mi corazón Amor, no hay marcha atrás.


Soy expulsado del infierno, y encaminado por mi demonio femenino a un infinito pasillo de deseo en el que encuentro a mi derecha un enorme ventanal de besos jamás desperdiciados, y me sugiere salte a río que corre por debajo de aquel pasillo maldito, pues el río desemboca en la maldad de tenerla a mi lado disfrutando del vino, de la noche, de los besos y lo abrazos, tan carnales como románticos.....tan malditos como necesarios.

Este es el camino a seguir, cuando aquel demonio femenino me toma de su mano, me invita un poco de su malicia selectiva y me consume como se consume cualquier cosa entre sus manos...... Y yo me siento a su lado, cada que me es posible, sentados en ese círculo del infierno, destinados a amarnos..... Recuerda hermoso demonio femenino, arrastrarme al infierno cada que sea necesario..... Y si la eternidad se nos atraviesa, la serviremos en la misma copa y la beberemos mientras añeja entre el bendito infierno que se origina entre tus labios.

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  • Autor: Manuel fernando (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de marzo de 2016 a las 02:53
  • Comentario del autor sobre el poema: A mi musa maldita....
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 471
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