Dios me contó una vez sobre lo débil que es el diablo
desde entonces cada vez que viene a buscarme;
lo recibo con un abrazo amoroso y lo invito a sentarse entre nosotros
entonces el se va llorando complacido.
Dios me contó una vez sobre lo débil que es el diablo
desde entonces cada vez que viene a buscarme;
lo recibo con un abrazo amoroso y lo invito a sentarse entre nosotros
entonces el se va llorando complacido.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar [email protected] Regístrate aquí o si ya estás [email protected], logueate aquí.