Porque tu boca

Un año… aunque no necesariamente,
porque estando a solas…
me voy contigo
y deja de ser el tiempo.

Y el reloj no marca ni un minuto;
no obstante, ya te he arrebatado por horas.
Y estas –hay que decirlo- no forman parte de “doce meses”,
pero sí de nosotros…
Porque te amo y, a veces, creo que tú también,
porque si no… Entonces… te lo agradezco mucho…
En especial porque tu boca.

Recuerdo con ternura la red y el pescadito
de tu boca
y me sé de memoria sus fotos
y todas me provocan lo mismo:
un manantial indiscriminado fluyéndome…
Y te imagino sedienta
y… cierro los ojos
y… aplaco tu sed.