sin filtros de estrellas.

 

 

 

Hay ahí algo conocido, no se puede señalar pero llevo viéndolo más inviernos de lo que es recomendable evocar. Lo he visto florecer desde el umbral de dos conciencias.

No creí encontrarlo en otra circunstancia más que en el silencio de mis inquietudes, pero de manera inescrutable se esconde en esa mirada llena de náusea por el mundo, en los desinteresados cabellos que ocultan rigor; está en tu alma llena de nudos y cerrada herméticamente. Es un vacío, aquel imposible que solo es perceptible a los ojos de los que deciden penetrar en la verdad; la obscuridad oculta detrás de la máscara de la sociedad; Un lugar desembarazado en el que recae la más profunda de las dualidades, por tratarse de tan limitados espectadores.

Es la existencia, ese vacuo punto, lleno del todo y la lobreguez que lleva la más genuina iluminación, tal que no comprendemos por nuestra condena al contexto. Incapaces de trascender de éste encierro, siendo nuestro único ruiseñor el pensamiento, el que nos eleva ilusoriamente con las alas empapadas de reflexión, que por ser nuestra, lo encadena a él también a tan sombría irrelevancia.

 

Se ha vuelto una lucha sin sentido tratar de resistirme a escuchar las oleadas de esta existencia que emanan de las prohibidas puertas de tu incomprensible faz, mientras atenta recorro los rizados pasajes que enmarcan la indescifrable fachada.

Deja ya de pedirme razón, explicación y justificación para desprenderte de la nefasta carga de tus dudas, si ya sabes la respuesta, sabes que tú eres mi respuesta, que en ti  encuentro la perspectiva que me atraviesa alumbrando al mundo.

Cuando la austeridad de tus ojos captura cada realidad, me muestras la más pura estética de lo mundano.¿ quién podría desear rosas perfumadas al sentir la frescura de la tierra? ¿qué coral se compara con la delicada euforia de la espuma de mar? ¿quién necesita astros cuando te enfrentas a la magna negrura de cielo?

Me enseñaste a ver sin filtros la abrasadora realidad.