Torre de mando

Oscar Perez

Torre de mando

 

Para ordenarme es demasiado tarde

nací y crecí sin pies y sin cabeza,

siempre soñando en regresar a un río,

siempre pateando hacia adelante la pelota,

para regirme no existe gobierno,

los dueños de las alas no me admiten,

los que tienen escamas no me hablaron

y los que tienen piel me toman como a un paria.

Entonces les diré: los necesito,

pero porque ya sé que estamos juntos,

que el agua y el aceite no se unen,

pero que cada cual ocupa un sitio necesario.

Entonces no me pidan que me forme

tan sólo porque sí, porque es la orden,

yo busco mi lugar, quizás es esa

mi única misión, cual la de todos en el reino.

Entonces a bailar, a ir a la plaza,

que nadie se quede con la duda que lo agobia,

estos ojos para qué si hay horizonte

y no lo puedes ver si pestañeas demasiado,

estas manos para qué si existen nubes

que pasan y te dan la forma de un tesoro,

sólo que no es con golpes que su cofre ha de ser tuyo,

sólo que sin repartir nada se gana en esta vida.

La vida para qué, qué mejor punto,

si estamos para amar, por qué no amamos,

si estamos para huir, ya escapan todos,

si estamos para ser, eso requiere estar despierto.

A veces sé que sueño a ojos abiertos,

que veo lo que no hay, un árbol donde un niño,

un pez donde la luna, refrescándome de noche,

un ángel en mi piel, pese a los yerros cometidos

y un terco en mi pasión, que yo nací de capricornio.

Así es que en vez de ley, exijo un diálogo de amores,

la ley sólo instaló entre nosotros los abismos,

un barrio para el rey, un gran suburbio para el pobre,

un sueldo para el juez, sólo mendrugos para el pueblo.

Hay tanto que cambiar, que no bastó con anunciarlo,

que no basta con llorar por los que hasta aquí lo intentaron,

no tengo ni el poder ni las palabras necesarias,

pero sé que la razón es algo más que un argumento,

es furia de un volcán, es plazo para el fruto,

es tiempo de sembrar, es nave hacia la estrella,

por eso yo que sé que para mí no queda tiempo

mi grito ya les doy, todas las piedras que he lanzado

tras tanto batallar con los gigantes del camino,

y un beso y un amor, tras el cual sólo me aguardan

el silencio y la verdad para que ocupes tú mi sitio.

 

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  • Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 3 de febrero de 2016 a las 22:41
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 32
  • Usuario favorito de este poema: alicia perez hernandez.
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