Infancia

Max Hernandez


AVISO DE AUSENCIA DE Max Hernandez
Con poco tiempo disponible.

Mi infancia fué apacible, hermosa y tierna,
y se desarrolló a los pies de una majestuosa montaña.
Con el cantar de las aves cada mañana
despertaba al sol, y la luna y estrellas acunaba.

El hermoso azul de mi inmenso cielo eterno
era el fondo perfecto de mis sueños de pequeño.
Sueños de libertad, de alzar las alas al libre vuelo,
de conquistas legendarias y de apasionados retos.

Un riachuelo era el cauce para el enorme río,
donde los barquitos de madera y papel hechos a mano,
se enfrentaban a tormentas y a piratas villanos,
y donde vencía siempre la lealtad de los hermanos.

Una pelota de plástico y algunas latas viejas,
eran suficientes para un juego interminable.
Un par de carrizos, hilo, un pedazo de plástico añejo
en nuestras manos eran espléndidas cometas.

Un trompo? Unas canicas? Una pelota era suficiente
para tener una tarde amena y divertida con toda la gente
hacíamos desde campeonatos, concursos, presentaciones,
hasta las mas inimaginables competiciones.

Al colegio iba uniformado y con mi mochila hecha a mano
en ella solo un lapicero, un cuaderno, un libro, iba ufano.
De alimentos un pan, o una fruta, o alguna golosina
y si había mucha suerte, 50 centavos de propina.

Al retornar a casa, te esperaba el rico almuerzo,
que la viejita preparaba no sin mucho esfuerzo.
Y luego de terminar la escolar tarea terrible,
salía a jugar y disfrutar de la vida, al aire libre.

A respirar el limpio aire de mi sierra eterna,
correr en los campos infinitos de las praderas.
Jugar en las aguas de los riachuelos cristalinos,
y entregar mi sueños al volar de algunas cometas.

En época de fiestas, nos reuníamos con la familia.
Éramos tantos, que una casa no se daba abasto,
y a pesar de ser grandes y con amplios patios,
no podían cobijar a tanta gente en un solo rato.

Por eso el campo frente a la casa era el escenario,
de los juegos, competencias y divertimentos.
Solamente para comer y bailar, muy de vez en cuando,
en la sala principal con los adultos, nos juntábamos.

Y de todo esto, lo que mas recuerdo, era la imagen de mi abuelo.
Batiendo la torta, amasando el pan, destripando los cerdos.
Arreglando mis zapatos, cosiendo mi mochila, o las maletas.
O tocando su mandolina, o su quena, amenizando las fiestas.

Siempre tenía un cuento, a flor de labios,
para entretener a todos sus intranquilos nietos.
A veces, disfrutaba con asustarnos
contándonos sobre personajes siniestros.

Mi infancia fue hermosa, aún la recuerdo.
y duró hasta el momento eterno,
en que, cargado de emociones y anhelos,
a buscar mi destino, alcé el vuelo.

  • Autor: Max (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de enero de 2016 a las 14:57
  • Comentario del autor sobre el poema: Quien no recuerda su infancia? Los momentos de la niñez suelen estar asociados a bellos recuerdos.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 65
  • Usuarios favoritos de este poema: nelly h, nelida moni, Peregrina, María C., angeldelanoche.
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios3

  • nelly h

    Indudablemente llos años de la infancia se los recuerda como los más felices. Tu infancia. Muy bien relatada , tanto que vi ese patio, tus juegos
    Y esa figura q seguramente te ha marcado la vida (a quien no) tu abuelo.


    Cariños

    • Max Hernandez

      Tuve la suerte de tener un gran y fenomenal abuelo. Y es cierto, siempre lo recuerdo. A los ojos de un niño, la figura patriarcal se hace enorme y prodigiosa, mas aún porque nos dejó cuando aún eramos pequeños.
      Gracias por leer mis letras, amiga.
      Un abrazo fraterno.

    • Peregrina

      Hermosos recuerdos...que dicha la tuya Max...
      Un gusto pasar a leer hermosas líneas...
      Saludos amistosos de
      Peregrina

      • Max Hernandez

        Tienes toda la razón, amiga Peregrina. Hermosos recuerdos de la infancia, que han marcado para siempre mi vida.
        Gracias por tu visita.
        Saludos.
        Max

      • María C.

        Hermosa infancia amigo, bello homenaje.
        No conocí a mis abuelos, pero mi infancia fue hermosa, corta pues murió pronto mi madre siendo yo muy niña, pero guardo un bello recuerdo de aquellos días, gracias
        Un saludo cordial Max

        • Max Hernandez

          Los recuerdos de la infancia, siempre guardan una magia especial, que nos evuelve en un aura de placentera melancolía.
          Gracias por tus palabras, poetisa.
          Un abrazo a la distancia.

          • María C.

            A ti Max y gracias de nuevo por darte a conocer, me gustan mucho tus poesías.
            Un feliz finde y un cálido abazo fraternal



          Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.