Poema 2, Capítulo 1, Castañuelas

Indeciso por varios caminos
a la vez, andaba mi mirada sin luces.
Las rosas de mi jardín se marchitaban
lentamente. Eras la primavera
que surgía en otro paraíso.

Pero mi ignorancia de ti me hacía
triste como siempre habría sido;
horas iguales, cielos grises, atardeceres en silencio;
un café cada mañana sin sabor ni aroma
para iniciar un día igual.
Monotonía, monotonía igual a las otras…

Antes de conocerte solo te imaginaba
sin creatividad suficiente.
La vida se escurría sobre cuerpos que amé
en ciertas horas solitarias.

¡Ah soledad aún de estar en compañía!
Yo no sabía que en tu mirada se escondían todos los
silencios que alguna vez nacieron en otras bocas.
Y así, sin ti, (yo) moría y vivía día a día.