LOS PIES DE ULISES

ANGELA BERISSO



 

LOS PIES DE ULISES

 

Fui devorado por el mar,

pero mis pies memorizaron Ítaca, su hierba  y el misterio condenado a mí.

Por ellos regresé multiforme  y primitivo de sandalias.

Allí, velaron mi nombre una y mil noches, bajo las estrellas y cerca del Egeo.

Alguien rozó la sagrada marca en mi piel y preguntó:

¿Quién eres?

Sólo mis huellas, arquitectas de infamias, reposaron en paz en salinas aguas,

olvidaron la resina de las zateras y dejaron de oler a maderos.

A expensas del mundo mis plantas  buscaron las sombras y otra voz delató:

¿Dónde irán tus pies?

Y vinieron hacia mí los naufragios y los vientos.

Yo, soberano en intrigas, no pude contra mí y me pregunté:

¿Quién me recuerda?

                                     Y el mar rugió memorioso desde la alta orilla.

 

Angela Gentile

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Comentarios2

  • EL CABALLERO DE LAS LETRAS

    Hermoso poema, coherente y bien fluido, amiga si estuviera en un auditorio te aplaudiría y te elogiaria de pie y con el corazon hinchado...muy bueno

    • ANGELA BERISSO

      Muchas gracias a veces mi inseguridad me limita. Pero realmente agradecida

      • EL CABALLERO DE LAS LETRAS

        con todo gusto fue un placer leerte y no permitas que la inseguridad te limite ten confianza en ti misma y para adelante ¡tu puedes!

      • Hermes Antonio Varillas Labrador

        Un deleite leer letras dedicadas a la mitología y especialmente a la figura de Odiseo y su legendario regreso a Ítaca. Bienvenida poetisa Ángela Gentile a este ameno portal.

        Un humilde obsequio a propósito de ese personaje...

        ¿No siempre se cumplen las promesas juradas?

        “Promesa Rota”
        - Hermes Varillas Labrador

        Hay promesas de amor
        que es necesario cumplir
        si se jura fidelidad
        inclusive hasta morir.

        Juras a un Dios Eterno
        agradecido por vivir
        en espera de sus dones
        y nos pueda bendecir.

        Hay promesas de retornar
        cuando se tiene que partir
        lo que nos hace recordar
        que regresar es revivir.

        Le ocurrió al gran Ulises
        lejos de Ítaca fue a combatir
        a pesar de haber triunfado
        su regreso fue un castigo vil
        doce trabajos su reto
        y no los pudo diferir.

        Perdón por prometer
        y sin ánimo de reír
        mi promesa fue distinta
        y sin deseo de mentir

        Prometí no volverte a ver
        tampoco volverte a escribir
        tus hermosos recuerdos
        me vuelven a seducir
        ya ves qué difícil resultó
        y ahora no sé qué decir

        Que una herida de amor
        era fácil de sanar, creí
        si no se volvía a tocar
        pronto la podía corregir

        Que equivocación la mía
        de esta experiencia aprendí
        no es el tiempo el que sana
        el afecto te ha de contradecir
        el amor es fuerza suprema
        y a cualquiera hará sucumbir.

        En San Cristóbal “La Ciudad De La Cordialidad” del estado Táchira, Venezuela

        De mi humilde autoría. Sin derechos reservados, sino derechos compartidos, bajo licencia copyleft.



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