Dos Corazones...

Alexander Cambero

He descubierto que tengo dos corazones.  Es un fenómeno inexplicable para la lógica existencial de un hombre. Ambos están entrelazados de manera permanente. No es que en mi pecho dos órganos marchen de manera armónica, coordinando las funciones vitales desde dos epicentros que resguardan la vida humana. Lo nuestro es más profundo que una rareza que solo explicarían los médicos. Simplemente, estos dos corazones significan que este amor es tan intenso que requiere que nuestro amor sea el encuentro de dos vidas. Tú eres este corazón que te adora, yo anhelo vivir en el tuyo para lograr que podamos disfrutar el sueño de querernos. No importa que no estés conmigo en algún momento. Cada latido de tu corazón lo siento en el mío; es maravilloso amarte tan profundamente que los pensamientos te dibujan en cada espacio en donde estoy. Cada aparición de un segundo en el muestrario del reloj es tu renacer de mi alma enamorada. Aprendí a verte desde el silencio; comencé a amarte desde aquella mirada. Fue apenas un instante cuando mis ojos penetraron aquel mundo fabuloso plegado de estrellas, un fogonazo, que me enamoró para siempre. Un hechizo que penetró mi hondo pecho;  quedé desarmado frente a tus flechas encantadas, humedecidas con el ungüento de tu belleza. Descendió el amor por tus grutas, bendecidas protuberancias de mujer con muchos atributos. Un espacio de cielo que llegó a posarse en los predios de las ganas. No importa si viajas lejos por mundos ignotos de paradisiaco espectáculo sideral, siempre escucharé el tibio latido de tu corazón. Cada segundo que pasa, eres tú en mi alma, en este trono de un hombre que solo vive para ti.  Eres todos los barcos.  Son como nuestros pensamientos que nos llevan a muchos lados. Frente a mis ojos una espléndida bahía con naves de gran calado. Eras corazones unidos como los nuestros. Pasé toda una tarde imaginándome cómo sería la vida conociendo muchos destinos, aprendiendo nuevas lenguas; disfrutando de instantes inolvidables bajo cielo de otras latitudes, en ese tiempo ya existías en mis sueños. Caen las tormentas con sus relampagueante disparos, momentos de increíbles retos por vencer; el asomo de la existencia disputando en cada átomo. Solo un mar azul con la mirada puesta en mayores desafíos. A veces sueño que soy como una embarcación en la búsqueda de otros horizontes más pletóricos. Ir en pos del mundo deseado. Sigo mirando aquella bahía de arenas blancas y caracoles como grumete, me quedé en su atmósfera que persigue la silueta fugaz de la princesa dorada que emergió de las profundidades. Sigo pensando en dos corazones que se abrazan…

  • Autor: ALEXCAM (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de diciembre de 2015 a las 08:19
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 23
  • Usuario favorito de este poema: Raquelinamor.
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