SOLO

¿Todo te sale mal? ¿Todos están en tu contra? ¿Estás aislado del mundo? ¿Todos te sueltan la mano y te dan la espalda? ¡No importa! ¡No te preocupes! ¡Es el trabajo que te dan los dioses para que te ocupes, para que avances dejando atrás a los mediocres y para que tengas las manos libres para trabajar en la solución que solo tú encontrarás!
Luego vendrán por tí los que te abandonaron, a comer las migajas que les dejas. Pero esa ya es otra historia...

 

SOLO

 Solo, como un loco malo...

aunque no tan malo, pero sí tan loco;

y no tan solo, pues en mi presente realidad,

siempre me acompaña mi entrañable amiga Soledad.

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Muchos años ya han pasado

y desde mi infancia nada ha cambiado;

sigo solo, en la única compañía de mi soledad,

inseparable y querida, como mi otra amiga, Libertad.

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Aunque mil personas me rodeen,

y aunque más de uno de los que me leen

me acompañen y opinen con sus fieles presencias,

en la realidad de mi soledad, percibo solo ausencias.

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De cualquier manera, siempre será preferible

estar "más vale solo que mal acompañado",

antes que en alguna compañía insostenible

que nos enferme con un futuro encadenado.

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Pero, el estar solo, buscando lo ambicionado,

es renacer en lo postergado o en lo abandonado,

porque en algún momento habrá que comprenderlo,

tal como vivir sin haber amado -o morir, sin emprenderlo-.

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La soledad es, entonces, como fallecer, como empezar de nuevo;

como esperar de un vientre nacer o, quizás, en otra vida, de un huevo.

Pero para algunos es una maldición y cruel condena, un castigo malvado;

mientras, para otros, es una bendición, una creativa ambición y un bien preciado.

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Eduardo Faucheux
25-11-2015