Un día cualquiera

gerber andres lopez

Despierto, despierto llorando de soledad, soledad que crece al abrir los ojos y ver mi cama vacía, recordando que la soledad es mi única compañía pero no la más grata, miro el techo mientras escuchó el silencio de los pasillos, ese silencio que invade mi alma de tristeza, mientras una lágrima se escapa por mi mejilla al no poder retener mi dolor, seco mi lágrima y con un movimiento estoy sentado en mi cama pensando si volver a dormir y no despertar o levantarme y seguir con mi dolor por dentro, después de varios minutos sufriendo en mi mente, mi cuerpo reacciona y se levanta,su primer movimiento es abrir el armario, donde sólo veo con tristeza ropa mía, mis manos con un movimiento lento toma aquella muda de cada 8 días, decidido a seguir, entró al baño, abro la dicha y bajo la protección del agua lloró, lloró sin cesar camuflando mis lágrimas con el agua que cae, después de varios minutos sin querer salir a la realidad, mis manos toman la toalla la única que hay y seco mi cuerpo, salgo del baño, me visto en frente del espejo, mientras me visto veo mi  reflejo, y veo mi tristeza reflejada, cuando escuchó la alarma para salir, en ese instante si n comer ni un bocado, salgo al trabajo un largo camino hay pero el tiempo que tardó me sirve para reflexionar, después de varios minutos pesando vuelvo en si, entrando a una sociedad donde la hipocresia nos domina y nos consume, donde tu "amigo" te traiciona por su propio bien esa hipocresía que odio se mezcla con mi soledad y tristeza, siendo mi cuerpo una bomba de tiempo, pasan las horas y llega el momento de regresar al llegar a mi casa me siento en el comedor con una caja de comida que traje, mientras mis lágrimas caen sobre mi comida, sentado hay en frente con una cuchilla entre mis muñecas,  apretándola hacia mi dolor,  es aquella cuchilla la  llave para liberar mi dolor, en mi mente se debate una lucha, entre mi cobardía y mi valentía, y saber que volvió a ganar el de siempre, mi cobardía ganó, no tuve el valor de abrir las puertas de mi alma y liberar mi dolor, tuve miedo a ver que había después, debi tener el valor de rozarla con fuerza por mis muñecas, en cambio la aleje y la deje en la mesa con sangre y veo mis brazos y veo todos los intentos fallidos de ser libre, aquellas marcas que muestran que no he tenido el valor de ser libre, en cambio suelto la cuchilla y toma la cuchara y ceno como si nada. .... Al acostarme  cierto los ojos sabiendo que fue un día cualquiera y que mañana será igual.

  • Autor: gerber andres (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de noviembre de 2015 a las 17:32
  • Categoría: Triste
  • Lecturas: 38
  • Usuario favorito de este poema: CHILENOHOT.
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Comentarios1

  • mariarl

    no se quien eres poeta la
    cobardia se paga muy cara piensalo bien



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