Sólo ser feliz.

Nicolás Rangel.

 

Quise saber muchas cosas
y preguntarte otras cuantas.

 

¿Eres feliz?

 

¿son buenos tus amaneceres?

 

¿También es diferente
tu café
cuando lo tomas de sus labios?

 

Quise preguntar.

 

Pero solo pude tartamudear
como lo hace un condenado
frente al verdugo.

 

Como si me hubiese tragado
un eco enorme
nacido de tu nombre.

 

Dijiste "hola"
y contagiaste
con el aroma de tu goma
toda mi noche.

 

Después,
pronunciaste mi nombre.

 

Y en ese momento
quise no ser yo,
ser otra persona
y que tú
nuevamente al verme
me supieras doler.

 

Como lo hacen
los grandes amores.

 

Pretendí que no fueras tú.

 

Pero lo eras.
Y te diste cuenta
que también sabía mentir,
cuando un cigarrillo
agonizante
besaba mis labios.

 

Descubriste que jamás dejé de fumar.

 

Salió tu nombre,
y la saliva
le hizo el amor
a mi lengua.

 

-Hola-
y sonreíste.

 

Como la primera vez.

 

Como si supieras
donde termina mi vida.

 

Como si descubrieras mi muerte
dibujada en mis parpadeos.

 

Era tan lindo
el aroma
que tu aliento
le regalaba al mundo.

 

"Hola" y aquel cigarrillo
perdió importancia.
También el viento
y aquella pronosticada lluvia.

 

Hubo magia
y un hermoso silencio.

 

No hace falta
preguntar
nada
cuando dos cuerpos
charlan en silencio.

 

Quise contarte una historia,
decirte mentiras
contagiarte alguna sonrisa.

 

Quise recordar
cuanto te quería
pero tuve miedo
que salieras de nuevo
de aquella vieja herida.

 

Esa noche
me regalaste
una hermosa alegría.

 

Y eso,
ni esto lo pagaría.

 

-"No has cambiado nada"-
Por fin mi boca logro romper
el romance de mis labios.

 

Pero como un trueno
como una ventisca
surgió una vocecita
que doblaba la esquina.

 

Tenia pasos
muy pequeños
pero veloces.

 

Imposible no reconocer
tu genética.

 

Sin duda
aquella es tu sonrisa.

 

¡Mamá!
Y con un abrazo
rompió
el breve hechizo.

 

Volví a la realidad,
eras mamá.

 

Y quise
que aquella muñequita
tuviera también
mis genes.

 

Quizá mis manos
o mis cabellos.

 

-Tengo que irme-
Y sin respuesta
la tomaste en tus brazos
y caminaste hacia el olvido.

 

Hacia ese
que ya de tiempo atrás era tuyo.
Y yo
y mi noche
volvimos a oler
a mundo
a desprecio
y a soledad.

 

A tabaco
y a recuerdos zurcidos.

 

Y tú
diste vuelta en aquella esquina
llevándote el resto
de eso que aún me dolía,
sin saber
que contigo
yo sólo
quise ser feliz.


©NicolásRangel/Reservados todos los derechos. Nov.2015.

  • Autor: Nicolás Rangel. (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 21 de noviembre de 2015 a las 15:16
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 102
  • Usuario favorito de este poema: sandor.
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Comentarios1

  • sandor

    No hay duda que eres un enorme poeta, con una voz muy personal...que me gusta.
    Carlos



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