Ataré con hilos de sangre mis palabras
Y no se escribirán sobre lienzo fino
Sino sobre tierra muerta con llanto de niño.
Cobijaré entre mis brazos un lamento,
Y me hundiré con sus lágrimas en medio del desierto,
Para intentar perdonar mí cruel silencio,
Y pretender aliviar,
El dolor de mi alma.
Trataré de esconder mi mirada,
Y de no perturbar así, a la callada muerte,
Donde las sombras de una derrota anunciada,
Derriban murallas entre lechos de niños,
Entre pequeños Ángeles, sin suerte.
Sembraré unas pocas palabras,
Y las regaré con mis propias lágrimas,
Porque del cielo no espero la lluvia,
Que el puro acero, calló las plegarias.
Hoy recojo entre mis brazos virtuales,
El abrazo de un niño acaecido,
Y en su triste y doliente mirada,
Me pregunta, y el Señor… donde se ha ido?
Mis pupilas,
Mis labios,
Mis manos,
…Mi propia Alma,
Con mi triste pesar me quedo dormido,
Y todo de mi espera,
Que este dolor que me embarga,
Al amanecer...
Sea solo, una pesadilla amarga.
- Autor: Alejandro Iza (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de noviembre de 2015 a las 05:12
- Comentario del autor sobre el poema: Dedicado a esos niños, pequeños angelitos de Siria caídos en medio de tanta pena y dolor, que el Señor los reciba en su seno amable.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 103
- Usuarios favoritos de este poema: Cristian Jovani
Comentarios1
Poeta tus palabras encierran muy humanos sentimientos,mis saludos y respeto para ud.
Apreciado Tomás, te quedo muy agradecido por tan sinceras y palabras, tu gentileza es un honor de ser recibidas.
Saludos desde mi Perú amado.
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