TREGUA FALLIDA

Girovago

Tus ojos se escondieron cuando los míos apuntaban tu rostro,

a la vez mi cara te encaraba y mi voz te reclamaba,

y me enteraba que tu maldad apenas empezaba.  

 

Tus nervios hicieron que me abrases y yo, congelado,

como un Iceberg he actuado

Mal humorado me he mostrado y te he demostrado que la traición atrae destrucción,

esto no es ficción.  

 

Soy tal cual me ves ahora, un ser destruido y paranoico al amar, 

ahora con ganas de mandar tu cabeza a rodar y con tu sangre pintar mis escritos malditos.

 

Mis demonios estimulan mis deseos de dar muerte a tu alma. Y pacté con ellos.

Y sin calma, me abalanzo, me lanzo y muerdo tu cuello, literal.

No titubeo, ahora solo babeo tu sangre de mi boca,

y al verte teñida de rojo, me provoca amarte.

Tu cuerpo tendido, destejido y sin fluido es parte de mí,

tu sangre corre por mis venas y tu traición ya no envenena, literal.

 

He devorado hasta el último trozo, y no basta,

no hasta tragarme tu alma también.

Juro que lo aré con calma,  como cuando hacíamos el amor,

me comeré tu alma y mataremos el desamor.

Sin amor no hay clamor de perdón.

 

Los caídos reclaman su botín, su parte del trato,

habrá maltrato, si rompo el contrato y seré la comida.

Tu alma es su paga por la tregua, y me hacen parte del festín.

Con ferocidad devoramos, como leones destrozamos.

 

El creador nos mira y se indigna.

Yo no temo, de mis guardianes dependo,

ellos opacan la luz del divino padre,

no mi padre, el padre de mi padre.

 

Satisfecho de venganza, me propongo a partir.

Ellos quieren algo que escrito en el contrato no está,

de la tregua no es parte.  Le dije, eso no es el trato, debo estar intacto.

El alma de la mujer los dejó insatisfechos.

Mi alma pueden ver atreves de mi cuerpo, la desean.

 

Me han traicionado.  Una fuerza de mil hombres toma mis brazos,

y siento cientos de  mordidas en los pies,  empezaron por ahí.

Tendido ahora en el suelo sin control de mis extremidades,

me veo sin dedos y rápidamente devoran mis piernas.

 

El dolor es nada comparado con el placer de la venganza,

la he matado y he disfrutado hacerlo,

como un orgasmo a la luz del alba he vibrado.

No me importa nada más, ya que solo vivía por ella,

pero ahora que no está, tampoco quiero estar.

Desaparezco con una sonrisa.

  • Autor: Giróvago (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 13 de noviembre de 2015 a las 02:58
  • Comentario del autor sobre el poema: Escribí este dizque poema en un mes donde me enganché al Rap...
  • Categoría: Gótico
  • Lecturas: 48
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