Luces intermitentes y galaxias de cal, 
cual letras consistentes y armonías. 
Palmeras, islas, vendaval y paz; 
inquietud, soledad, cariños, cesantías. 
Oleaje de olas tumultuosas,
es la vida de azarosa trayectoria. 
Más la calma de mareas sinuosas, 
son los logros besantes de memorias. 
Cual madrugadas de sol y brumas, 
pasan las noches y los días. 
Acompasados de neblina y luna, 
van tristezas y alegrías. 
Las nubes oscurecen el cielo despejado;
la felicidad se perturba en el ser humano. 
Nace otro amanecer embelesado de hados, 
en esperanzas resurgidas de las manos. 
El arco iris acompaña a la naturaleza, 
como aquel amor que resurge de la bondad. 
Ilumina el atardecer de colores y nobleza. 
apagando depresiones, apatías, oscuridad. 
Ondas del océano y sus nubarrones; 
es la vida de los hijos de Dios. 
Hay rocas, peces, sirenas, tiburones; 
realidad, fantasía, maldad, y amor. 
Al final del sol, luz de una estrella; 
se extasía esta oda de inspiración. 
Igual que el alba expandida en centellas; 
se despide trasluciendo amor. 
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                        Autor:    
     
	Venus Maritza Hernandez ( Offline) Offline)
- Publicado: 25 de octubre de 2015 a las 15:02
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 101
- Usuarios favoritos de este poema: Alejandro O. de Leon Soto

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Comentarios2
Grato leerte...saludos.-
Hola Alejandro. Un gusto tu visita en mis letras.
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