En un letargo profundo y sin límites TE AMO...

PETALOS DE NOCHE


AVISO DE AUSENCIA DE PETALOS DE NOCHE
Sangre oxidada...]





[He quedado secuestrado en una dosis de adicción
                     hay sensaciones trágicas en el aliento
recobrar
en cierto tiempo la consciencia
cayendo en el miedo cifrado por el reloj aislado 
                                                                       del pecho...,
las costillas duelen
los quejidos del corazón rechinan,
de a tropiezos los latidos cometen suicidio torácico,

he quedado varado en la misma filtración de sangre
esas goteras gritan de mis venas,
besos quebrados y sanguíneos
donde se ha terminado el beso,
en el ancla del deseo
y las cuestiones
que estrechan
la corrosión de un sueño de ojos abiertos [y volando[
                                                                edito
                                                             la
                                                  mímica 
                                      corrupta
                                   de
                               mis
                          ojos
               perdidos
             en
           un
recuerdo
de
antaño...,

cuántas veces he pensado en ti,
y el tiempo es relativo
como lo que siento,
-me faltas tú-
me siento en pedazos,
falta ésa pieza letal
en mi vocabulario ausente,
me faltas tú,

y parezco incomprensible en un mundo de ángeles
que vuelan detrás de las mariposas
en un día tan verde y gris como hoy,
y-yo,
me detengo en las flores afilando el silencio
en la ausencia sutil del complemento
que hace falta en mi sonrisa artificial
que va creciendo con el viento
ahogándose en mis suspiros íntimos,
mi sangre hiere el corazón colapsando a espasmos tu nombre
donde siempre has estado entrelazada en mi pecho,
donde te siento, donde te amo,
te recuerdo y..., eres la retina habitante de mi localidad imposible de ubicar,
pero, ahí estás, ocupando todo mi universo-
extraño los segundos que estuviste en el vértice de la mirada que se te clavó con un beso,
a la inquietud de tus labios pegados en mi aliento,
y mi saliva nerviosa en tu miel haciendo ecos en la ternura que exhalas 
de tu piel a mi tacto nervioso, inventando tu alma a mi carne 
y el deseo a esas noches quemándose en la frontera de mi templo
al límite de la creencia de sentirte como ésos días
enseñándome la deidad de tu belleza 
que calaba en mi rebeldía del alma
y ésta
se perdía en el vicio de
                rozar tu piel
              con el frenesí
de mi voz entrecortada]




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