EL AGUA QUE ACLARA MI ALMA

EDUARDO FAUCHEUX



 EL AGUA QUE ACLARA MI ALMA  

 

 Sumergido en mis adentros,

exploro las profundidades de mi presente

y de mi personal universo -en el cual yo soy el centro-,

calculando balances, manteniéndome flotando, indiferente.

*

Esos balances, si son sinceros, nos llevan

a replanteos de vivencias, indefectiblemente.

A proyectos para el futuro -para los que se atrevan-

y a promesas internas de ciertos cambios, inexorablemente.

*

A darnos cuenta de defectos propios en nuestro existir

y a cómo influyeron extrañas personas en nuestras vidas.

A despertares de grises letargos que, en fin, nos suelen servir

para interpretar, mejorar y crecer, en nuestras memorias perdidas.

*

Y para agradecer al Gran Jefe de Todo por estar con uno,

acompañando nuestras sonrisas, soledades, éxitos y fracasos;

y también a esos amigos que, aunque se hayan ido, ¡tan inoportunos!

nos dejaron sus huellas en nuestros corazones, abrigando nuestros ocasos

y que nos enseñan, con lecciones de vida, de paciencia y de conducta;

también, a entender que las cosas que ocurren no son casualidad,

que siempre existirá, para nuestros destinos, una hoja de ruta,

y que alguna razón hay (lo que está muy claro, en realidad).

*

Así, a buen entendedor, pocas palabras; que todo siga en calma;

que con cada inmersión en mi pozo interior de aguas diamantinas,

yo encuentro, buceando en él, más respuestas que me aclaran el alma

en mis despertares, en mis días, o en las tibias aguas de mis piscinas.

 *

 Si todos aquellos que se prometen explorar, con sana intención amable,

sus aguerridos espíritus, sus infaltables egos, sus valores y sus bondades,

acudieran a investigar las oscuras aguas de sus propios manantiales

para experimentar, probar y saborear sus múltiples cualidades,

quizás lograrían ser millonarios famosos por ser los únicos notables

que en poco tiempo serían capaces ¡de reconocer sus malditas vanidades!

*

Por eso, es mucho más importante que cultivemos nuestra sabiduría,

para ser creadores y entender actos propios y reconocer ajenos,

sin tener que rendirle culto a la estupidez y no darles alegría

a quienes observan, pacientes, para sumergirnos en su cieno.

*

Las energías que cada uno emana, van y vienen,

tomando distintos caminos y distintos niveles;  

ellas nos potencian, y, a veces, nos entretienen,

otras, hieren nuestras almas con energías crueles.

*

Y, sí... a veces, "el amor no alcanza...

la vida y sus pasiones son más fuertes",

lo cual es cierto, cuando la sabiduría no avanza.

Por si a alguien le interesara sobre la vida o la suerte,

que cada uno sabe, según su medida, dónde le aprieta el zapato,

pues a mí me costó entender lo que aprendí, en mis alegrías y en mis penas,

las batallas que gané en mi vida, lo que perdí en mis luchas y por lo que combato,

pero ni la mayor inteligencia que poseamos nos podrá salvar de la estupidez ajena.

 *

De esta manera, sumergiéndome en estas agradables tibias aguas en calma,

buceando en las profundidades que estoy pretendiendo desconocer,

busco aprender sobre mí mismo, en el agua que aclara mi alma,

intentando encontrar MI propia realidad, que intento reconocer.

*

  

Eduardo Faucheux

09-06-2016

 

  • Autor: Eduardo Faucheux (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de junio de 2016 a las 16:48
  • Comentario del autor sobre el poema: Dijo Jacques Ives Cousteau: "No somos las víctimas del dios del Mal; somos víctimas de atraer el mal a nosotros" Así, reconocemos nuestra incapacidad de observar nuestro interior y nuestra incapacidad de reflexionar. Nadie es completamente lo que quiere aparentar; en algún momento, dará la prueba.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 180
  • Usuarios favoritos de este poema: la cuerva, nelida moni.
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Comentarios1

  • la cuerva

    Gracias,tanta sabiduría en sus palabras, cuanto nos equivocamos en la vida,algunos saben por donde ir y adonde van,otros simplemente vegetan y desperdician su vida,ya en la madurez es triste reflexionar porqué no hice esto o lo otro,pero como dice el tiempo,nuestro peor enemigo.
    Saludos.

    • EDUARDO FAUCHEUX

      Gracias, la cuerva.
      Es parte de nuestra misión, entender a qué vinimos.
      Eso es Sabiduría.



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