Mujer eterna

Yo sé que jure a los Dioses no olvidarte jamás,
Han pasado los años, 
y mis días se han envuelto en besos comprados,
Mis noches rodeadas de compañías con precio,
Una que otra ilusión,
Siempre conducido hacia caminos llenos de pecados y degradaciones humanas.

Supe que te marchaste, 
He pasado por tu casa, 
Tu ventana está apagada,
El olor dulce que despedía tu cuerpo,
Jamás he vuelto a percibir,
Tu melena despeinada por el viento,
Se perdió junto con la luna de octubre,
Pido perdón por no cumplir mi juramento,
Los Dioses me han condenado ya,
Disculpa mis "adioses" y mis oídos lejanos,
Supe en voz de quienes te amaron lo mucho que sufriste,
Que parecías un cadáver,
Y te refugiaste en los recuerdos,
Te perdiste en tiempo y espacio,
Supe que te sentías flotando tres metros sobre la tierra, en aquellos días en que el dolor era insoportable.

Pido perdón y me despido de este mundo sin sabor,
Porque aleje lo más amado,
Y aquí ya no tengo lugar,
Sé que gozaras de larga vida,
Extrañare infinitamente la suavidad de tus manos.
Sé que ni siquiera lloraras sobre mi loza fría,
Sé que quizá, debes en cuando recordarás nuestra historia, historia que jamás contarás.
Hoy en mi agonía prometo que aún en otra vida te voy a venerar eternamente.