Donde el silencio tiene cuerdas vocales

Deshazte del mundo y sus vueltas.
Deshazte del café, del naranja y del amarillo
(mata al otoño)
(mata también al verano).
Siente el frío y el viento,
y siente el viento cuando se queda quieto y le puedes llamar silencio.
Siente la puta humedad incómoda de la vida tibia.
Escucha a un trovador amateur; te juro que, por un momento, te llenará el alma.

''Observa, observa'' le aconsejan al poeta.
''Escucha, escucha'' le aconsejan al músico.
''Vive, vive'' le aconsejan al muerto. Y no le queda de otra.

Arruina la poesía. Intenta arreglarla de vuelta. Llámala ''grito''.
Que a final de cuentas siempre te quitas la almohada del rostro.
Todo, todo se hace polvo: las personas, los recuerdos, hasta el futuro
y qué hacer cuando cada día se vuelve un paso hacia atrás.
Qué esperar de ti mismo cuando te conoces mejor que nadie.
Qué esperar de nadie cuando eres capaz de imaginártelos romper en llanto, o romper en nada. Sólo romper.

Y si sólo hay una persona capaz de amortiguar las ansias, de calmar el corazón, las ideas, de saciar las ganas, ¿dónde está?, ¿dónde estoy?, ¿dónde estamos?