Una distancia imposible.

LA CEGUERA DE LOS CUERVOS

 

 

 

 

 

Todo está envuelto por un cristal, desde el vértice de la boca hasta la incomprensión del verbo
ese tacto que no puedo escribir en versos
deshaciendo la prosa
confundiendo todo lo que pienso y no pienso,
formando un dibujo nervioso de una cita que se llevó los recuerdos,
y que voy pegado de a poco, con la sangre y los sueños
ese deslizar cauteloso de la música del pecho..., un beso, 
                                                una libertad líquida,
                                              un deseo
                                       una pasión
     un gozo en el alma

el amor, que no puedo definir, no puedo, no no no, es inimaginablemente extenso,
que no podría detallar lo que me hace y restringe, lo que me estruja y me tuerce
tatuándome adoquines luminosos y musicales en mis entrañas,
donde estallo en un latir infinito, sacudiendo lo lineal del tiempo
volviendo rojo fuego el reloj opaco y apagado,

haciendo notar una nueva frecuencia, un nuevo nuevo vínculo más allá de la vida y la muerte,

más allá, donde el verbo se hace amor
y el amor se hace los latidos del reloj, esos latidos deformes y nerviosos
en un tiempo a destiempo más allá de las emociones del universo
donde somos dos palabras
y nos hacemos un solo sentimiento,
un solo milagro de la ausencia
solamente un poema.

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Comentarios1

  • Garabato Púrpura

    Si el tiempo se congela, el corazón puede seguir latiendo?



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