44. RELATO

44.

SOLIDARIDAD CON LOS DESCENDIENTES

El Sultán sale una mañana de su fastuosa corte. Poco antes de salir encuentran a un campesino que planta afanoso una palmera. El Sultán se detiene al verlo y le pregunta asombrado:

- "¡Oh, anciano!, plantas esta palmera y no sabes quienes comeran su fruto... muchos años necesita para que madure, y tu vida se acerca a su término"-. Dijo el Sultán.

El anciano lo mira bondadosamente y luego contesta:

- "¡Oh, Sultán! Plantaron y comimos, plantemos para que coman"-. Dijo el anciano.

El Sultán se admira de tan grande generosidad y le entrega cien monedas de plata, que el anciano toma haciendo una zalema, y luego le dice:

- "¿Has visto, ¡oh, rey!, cuan pronto ha dado fruto la palmera?"-. Le dijo el anciano al Sultán.

Más y más asombrado queda el Sultán, al ver como el anciano campesino tiene una sabia respuesta. Por eso le entrega otras cien monedas.

El ingenioso viejo las besa y luego contesta prontamente:

- "¡Oh, Sultán!, lo más extraordinario de todo es que generalmente una palmera solo da fruto una vez al año y la mía me ha dado dos en menos de una hora"-. Dijo el anciano.

Maravillado esta el Sultán con esta nueva salida, ríe y exclama dirigiéndose a sus acompañantes:

- "¡Vamos... Vamos pronto! Si estamos aquí un poco más de tiempo este buen hombre se quedara con mi bolsa a fuerza de ingenio"-. Dijo el Sultán.

Autora: Carolina Toval. "Los mejores cuentos juveniles de la Literatura Universal".