Del vaivén de los tiempos,
Nació fruto de su amor,
hija celeste y dorada,
Descendiente de la luna y el sol.
Quien todo lo puede quiso
Que de su unión vinieras
Para que a los humildes soñadores
Esperanza a su vida dieras.
De piel clara su Alteza,
Poco se aprecia al aparecer,
Pero con cabellos dorados tiñe
Los días, Amanecer.
El que admira sus encantos
Desde la tierra le ve llegar
Siente en su corazón tristeza
Por no poderle alcanzar.
Voltee sus ojos princesa
Quien le escribe, aquí está
No sea esquiva alborada
¿Porque huye?, ¿porque se va?
Aquí le espero mi aurora
Musa de inspiración
Dejare ventanas abiertas
Para sentir su presencia
En este indigno corazón.
Mientras escribo versos
Que la hagan resaltar
Porque usted amada mía
Es a quien mis días
Hace iluminar.
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Autor:
Coriano (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 31 de julio de 2015 a las 13:53
- Comentario del autor sobre el poema: Para mí no hay momento mas emotivo del día que la alborada, con su suave brisa y su candor nos carga de energía, despierta los sentidos y nos hace comprender las maravillas del Creador. Sin duda alguna una promesa de Vida. Y dijo Dios: Sea la Luz; y fue la Luz. Genesis 1:3
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 137
- Usuario favorito de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades..
Offline)
Comentarios3
Me gustó que retrates a la aurora como hija de la luna y el sol. Bonito escrito poeta.
En lo magnífico de la naturaleza vemos las manos de Dios.
Que tengas un hermoso día.
Mi estimada que bueno que le agrade, sin duda el amanecer merece mas que mis simples escritos, seguro estoy de disfrutar la delicia de su pluma inspirada en la aurora. Saludos
Un perfecto poema... para expresar ese sentir con fina pluma, apreciado amigo y paisano. Un placer inmenso leer.
Saludos cordiales;
Carlos
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