Una flor del club de nadie

Oscar Perez

Una flor del club de nadie

 

Soy del club de nadie,

de la estrella que no brilla, de la copa

en que alguna vez bebí y en que habré dejado un beso,

hoy día no lo sé, tantos fragmentos apagados

no cupieron en mi alma, tantas flores,

tantas heladas madrugadas sin un perro,

sin nadie a quien llamar, sin un espejo

que quisiera sonreír cuando lo miro.

Soy del club de nadie,

del cielo alrededor de mis piruetas,

del aire que de bruces entra en mis pulmones

y me hace respirar cual toro en celo,

cual torpe mercader con alas rotas,

que vende su ilusión a quien la compre,

a quien quiera comprar un par de sueños

y luego devolverlos por gastados.

Soy del club de nadie, sólo huyo,

sólo corro por las calles aceradas,

entre taxis, entre torres, entre turbas

que corren como yo sin un destino,

entre travestis a la hora de la suerte,

entre ministros a la hora del plenario,

entre mortales cuando ya nos han cortado

el cordón umbilical y aquellas alas

que de ángeles teníamos y ha muerto

el viejo y fiel portero del lejano

y siempre recordado paraíso.

Soy del club de nadie, siempre vengo

y están las mismas mesas y los mismos

rostros y muchachos y muchachas,

alguno al sonreír se ve tan triste

que de seguro nunca estuvo, lo he inventado,

alguno ciertamente se me acerca

o soy yo quien se va, y sólo es que él sigue mis pasos

y paga por mis besos en el sitio más oscuro.

No hay tiempo para hablar, hay que alejarse del tumulto,

no hay tiempo para amar, es sólo el tiempo del deseo,

de aquella posesión en que la carne transparenta

su frágil adicción a ser usada por el humo.

Soy del club de nadie,

me he fugado de tantas catedrales

que los curas ya ni me buscan, para eso hay otros curas,

que ni mis padres se preguntan qué me he hecho,

se fueron, ya murieron y descansan,

por suerte alguna flor cae en su tumba

y abraza, solitaria, el lagrimón que siempre envío.

Soy del club de nadie, no lo niego,

tenía un corazón y lo he vendido,

me queda por vender un par de versos,

aunque de poesía nadie vive,

aunque ya en los poetas nadie cree,

aunque ni los poetas pueden hoy, sencillamente,

comprender lo que han escrito o bien borrado.

Soy del club de nadie, no soy uno,

soy muchos, pero yo soy el primero,

los otros ya no están, han muerto solos,

se venden por un gramo de locura,

se rentan por un halo de victoria,

que más bien es la mención dentro del show de los perdidos,

se van a los suburbios, regresan del suburbio,

no saben que no quedan ilusiones,

no saben que la muerte nos rodea a todos,

hasta al más pulcro cliente de la noche,

los guiños y arañazos de la nada

de nada me han servido si prosigo

desnudo en el portal, muerto de frío,

a secas soportando la intemperie

y electo en la función para el olvido.

Soy del club del nadie, si no vienen

se pierden lo mejor de lo perdido,

se ganan un lugar en las ganancias

que no habrán de servir cuando esto explote.

Mejor es sucumbir en un delirio,

perderse en un amor sin juramento,

que a cada rato ser lo que no fuimos

y luego sollozar por lo que ya nunca seremos.

Me entregas tu calor, me das tu aliento,

mi piel es esta voz que sale de la noche,

no importa dónde estoy si voy contigo,

no importa que te vayas, que ya estoy acostumbrado.

Que soy del club de nadie, tengo un nombre,

pero para qué vamos a hablar de quien no existe,

sonríe si al salir nadie te espera,

sonríe si al entrar sólo hay vacío,

es bueno conocer a gente digna,

es bueno recordar lo que te hicieron,

un día empezarán a derrumbarse tantos muros,

el de este club será, te lo aseguro, el que más odies,

en los escombros lo sabrás, porque tu cuerpo,

allí, de tanto golpe, tanto sol, de tanta muerte,

no podrás reconocer entre los miles

que, como yo, en el club entraron y, aunque

anunciaron la caída, simplemente,

ni pensaron en perderse cuando ocurra

la explosión que nos deje a todos boca arriba.

 

http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/

 

28 06 15

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Comentarios1

  • Trovador de Sueños ...y realidades.

    Excelente, como siempre apreciado amigo... es un privilegio leer.

    Saludos cordiales.

    • Oscar Perez

      Halagado de tu paciencia, amigo mío, mi gratitud y abrazo fraterno de siempre.-



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