Crucé el abismo con un arpa y 2 muecas
expuestas al brillante iris destructor.
Luego, estando ya a salvo, me quité la piel
y fui humano.
Mordí los errores pasados y escupí dilemas.
Me senté en el trono vegetal y evaporé
con falanges el humo del averno.
Al fin creí en la suerte y el número 7 habitó
en mi médula.
Suele ocurrir que somos destino
sin concretar...
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Autor:
Alexander Vórtice (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 7 de junio de 2015 a las 21:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
Offline)
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