Nace un paisaje blanco,
con grandes montañas, todas
verdes, cual abanico,
de sueños y utopías.
Sabe el Hombre de tristezas,
y muy poco de alegrías,
sufre el rostro las quejas,
¿Algún día se levantará?
Algún día el silencio
morirá encadenado,
y la voz, la voz del pueblo
valdrá la sangre que ah pagado.
Canta la voz hueca del aire
que acarició las montañas:
"Sólo el hombre será libre
cuando cuente lo que calla."
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar [email protected] Regístrate aquí o si ya estás [email protected], logueate aquí.