((((((( DESDE LA CADENA ))))))

Juan Senda

DESDE LA CADENA  

Este poema está basado en la película:

“El Conde de Monte Cristo”

(“NOVELA DE ALEJANDRO DUMAS”)

 

Por las sombrías esquinas

están las de cuatro patas,

con sus bigotes de sombra,

con gafas negras y opacas;

tienen los labios de luna

y visten capas de plata,

gozando de un señorío

y de cierta aristocracia.

 

 

 

En este lugar hay un preso,

un inocente de Francia,

y en el foso de la torre

donde se filtran las aguas

y las humedades verdes,

y el Conde con pálida cara.

 

 

Está cubierto de pelo

y de largas barbas blancas,

y consumido de ojos

y toda su cara es flaca,

durmiendo en piedras frías

y en las sombras ahogadas,

que le desgarran la vida

y los albores del alma.

 

 

Sentado en lastras frías,

por la cara tiene arañas,

respirando el aire sordo

encima de la muerte sacra

y no se le ven sus labios

por la densa barba blanca.

 

 

 

Por el tiempo que allí lleva,

en la soledad macabra

y en la cadena hundido,

cuando el silencio se calla

con este inocente preso,

con este Conde de Francia,

y después de largo tiempo

en una celda mojada,

algo siente y le sorprende

en el antro de su banda.

 

 

 

Y dispuesto en la pared,

despacito haz entrada.

 

 

Y tan pronto mueve el bloque,

ya mira por la fina raja

al mirar ve un viejecito

también cubierto de barba.

 

 

 

En esto se cuela dentro

y el sabio le presta el habla,

y poder salvar su vida

a éste Conde de Francia.

 

 

 

Le cuenta historias del mundo

y sus más grandes hazañas

contra corsarios e indígenas

y abordajeros piratas.

 

 

Y al fin del sabio relato…,

que el sabio cuenta y redacta

con la pluma da su boca,

y ya cansado descansa.

 

 

 

Y lentamente de su seno

el Conde le muestra un mapa,

donde figura un tesoro

fondeado en las tres brazas,

en un escarpado de rocas

y a sus pies una larga playa.

 

 

 

El Conde vuelve a su celda,

y sofocado tapa la  raja

y el sabio viejito muere

y lo meten en una saca,

mas  el Conde vuelve abrir

la secreta y justa entrada

y coge muerto al viejecito

y lo arrastra a su banda.

 

 

Apurando pone los bloques

y la pared queda llana

y de repente el se mete

dentro da misma saca

donde ya estaba el  viejito

para lanzarlo a las aguas.

 

 

 

Y raudo y veloz el cose

la boca de aquella saca

y dentro ya estiradito

ya siente venir dos guardas

con las llaves de la puerta

doblemente acerrojadas.

 

 

 

Y cogen aquel cadáver

que va metido en la saca

y  lanzarlo por el aire

del alto de la muralla,

y en ella se va el muerto

que suspira sin palabra.

 

 

 

Y al caer por el  vacío,

sale un gemido de la saca

desde aquella alta torre

de piedras rubias y pardas.

 

 

 

Y en el alba  milagrosa

resucita su  voz y habla,

de aquel muerto que iba vivo

lanzado desde la muralla,

cayendo en las aguas muertas

y  victorioso recala,

en la playa de aquella isla

donde revive y descansa,

venciendo a la cadena

y al poder de aquella Francia.

 

 

 

Y ya en tierra, pensativo,

de repente coge el mapa

y  ya avisa a un conocido

a ir a la roca escarpada,

donde duerme el gran tesoro,

fondeado en las tres brazas.

 

 

 

Rescatan aquel tesoro,

una fortuna elevada,

que lo llevan en carreta

tapado para una casa.

 

 

 

Y de pronto revuelve todas,

todas acciones  de banca,

donde arruina a banqueros

y pompa de aristocracia.

 

 

 

 

Y se presenta a su novia

que está con otro casada.

 

 

Le pregunta si se acuerda

de su  novio que llevaran

para la perpetua cadena

el novio de  su infancia,

que iba casar con ella,

pero le hicieron la trampa

unos amigos políticos,

traidores de la otra banda…

 

 

 

Usted se casó con él,

con lo que tiene en su casa.

 

 

 

La novia se quedó tan muda

Oyendo  aquellas palabras,

y al darse cuenta la pobre

ya supo con quien hablaba:

con su amor fidedigno

que sin culpa sentenciaran

a la perpetua cadena

los poderosos de plata.

 

 

 

Y se va el insigne Conde,

ella  se  queda asombrada

por ver y sentir  al novio

y por verse avergonzada

de  su amor fidedigno,

del que estuvo enamorada

y dejándola pensativa,

sus ojos llenos de agua,

surcándole las mejillas,

mira para él y se calla.

 

 

 

El Conde da media vuelta,

 se va con su leyenda amarga,

para volver algún día,

a sus senderos de patria

y volver a conocer,

a sus amigos de infancia,

este capitán y Conde,

un hijo de  la buena Francia.



  • Autor: Fco. de Sotavento. (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 30 de mayo de 2015 a las 12:28
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 74
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Comentarios2

  • Brizas (Shira)

    Hace justicia tus bellas letras a esa historia, de injusticia y rencores.


    Un abrazo Shira

    • Juan Senda

      GRACIAS HERMOSURA MIA, MI SHIRITA HERMOSA
      QUE TE VEO DESCALCITA Y CON VESTIDO BLANCO
      Y PIERNAS DERECHITAS Y BLAQUECINAS QUE PARECES A UNA
      BAÑISTA DE LAS AGUAS ENAMORADAS


      UN ABRAZO PARA TI SHIRITA DEL CIELO

    • PETALOS DE NOCHE

      Que bonitas rimas tiene tu relato lírico..., además de las figuras literarias y del contexto como de la trama quebrada de ese tiempo de antaño...

      • Juan Senda

        ME ALEGRO PETALITOS DE LAS NOCHES QUE ME VINIERAS A COMENTARME LOS VERSOS CON RIMA ASONANTE
        PERO LA OBRA EN SÍ ESTÁ BASTANTE BIEN
        UN ABRAZO QUERIDO AMIGO PÉTALOS DE LAS NOCHES

        ABRAZOS CORDIALES



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