Resuelve tu enmienda
indio rucapeña.
Indio de las arenas;
tu casa deshabitada.
tus sueños de madrugada.
Indio de piel morena;
mirada revoltosa,
inmaculada,
fausta y venturosa.
Enséñale a mis ojos
a ser eternos, firmes:
A resistir.
Sienes extasiadas
de abandono, de locura.
Indio de alas claras,
indio de las alturas;
en tu sol comprendido,
siempre atormentado,
nunca bienvenido.
Háblame de los credos,
del recelo de lo oculto,
de verdades que perturban
los rincones de luz,
de polvo y sombra.
Habla de la bestia que galopa
sobre lluvias de fuego,
del amor y su distancia eterna,
del rio que canta
su cauce continuo.
Lengua viva, fuente eterna
háblame de todos
los que aguardan la victoria.
Habla desde el camino,
desde la cumbre misma
del holocausto.
Reposa tu memoria
en la valiente melodía
de la canción santa,
en el abrazo de la tierra
y en la promesa cierta
del astro raza.
- Autor: Carlos Alba ( Offline)
- Publicado: 28 de mayo de 2015 a las 02:48
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
Comentarios1
Un bello poema con tintes de raza.
Un saludo Shira
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.