Silencios

Darío Ernesto

 

 

Mutismo que depone la noche

Elipsis de las estrellas, de una luna

En su cuarto menguante,

Penumbra que la luz, proyecta entre las sombras.

¡He  arrullado mis  pensamientos¡

La efímera caricia, en mudez, el viejo banco de una plaza

Maderas de un añejo y funesto quebracho colorado.

Teñido de blanco

Silencio que inspira el epitafio centenario

En la tierra de los muertos,

Sin brisa que la respiración regala

Yo acaricie tu saco de maderas barnizadas

Y una lagrima rodo en chorrillos, en silencio

Mi alma, en tus manos preñada de sueños

¡Oh madre, distante  y silenciosa!

He pensado, ajetreando ideas,

Caigo  reverenciando tu inmaculada imagen

Maestra, poetiza extranjera paloma blanca, bendice mi alma

Enséñame a pronunciar  vuestro nombre

Afonías que dejan los  poemas en lectores bipolares,

Enmudeciendo cobardemente,

Sin valor a pronunciar  verdades

Semejantes  a  cadáveres putrefactos, hediendo  en los propios orgullos

Emigrando a  tierras prometidas

A matar el hambre, lamiendo botas

Obsecuentemente.

Más prefiero el silencio,

Pues callando otorgan, el triunfo de

Ser libre y no un condenado a vivir una cultura

Diferente.

 Autor: Darío  Ernesto  Muñoz Sosa

  • Autor: Darioernestomuñozsosa (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 26 de mayo de 2015 a las 23:28
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 26
  • Usuario favorito de este poema: Isis M.
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