RECESO

No hay receso para el dolor,

mi alma no es de juguete,

y es que aún duele verte

y no te saco del corazón.

Música que armoniza esta soledad,

versos que confiesan mi situación,

aire impregnado de tristeza

que sólo incrementa mi confusión.

Si después de muerto pudiera oír

y mis manos pudieran bailar

la música y unas estrofas me darían

la capacidad de resucitar.

La muerte no es el final,

nacer no es el principio,

todos tenemos escrito

nuestro camino en la arena del mar.

Y no hay receso para el dolor,

el alma no es de juguete,

pero cómo duele verte

y no estar en tu corazón.

Camino sembrado de rosas,

desayuno de mi mirada,

amanecer de todas las cosas

que en mi mirada estás sembrada,

que feliz que fui contigo

mas que efímera felicidad,

que fugaz calor tu abrigo,

calma antes de la tempestad.

Caricias dibujadas en mi piel

aún me erizan el deseo,

tan de ensueño has sido que no te creo,

tan cerca estuviste de mi ser

y tan rápido marchaste que aún te veo,

dejaste tu sombra sobre el papel

y tu imagen en el espejo.

Dale a mi dolor un receso

y siémbrate en el silencio

que te veo en mi prisión

cada día y cada noche

y no te saco del corazón.

Si después de muerto me puedes oír,

si te acercas a mi sueño,

si es que aún me puedes sentir

déjame que te diga

que no me voy ni estoy muerto,

que viviré siempre en tu sonrisa,

que aún podrás sentir mi cuerpo

en un abrazo mientras estás dormida.

Si te acercas a mi sueño

llévate lo que he sido,

lee de nuevo cada verso

y estaré siempre contigo.

Siendo feliz pero eterno

y cuidando tu felicidad

que, aunque no me creí tus “te quieros”,

yo te quise de verdad.

Llévate mi resplandor de fuego

y báñate en el incendio

de mi alma en tu recuerdo,

de tu recuerdo que está en mi alma.

Déjame oír tu voz si canta

estos versos que son tu casa,

deja que por siempre sea feliz mi alma

si es que, después de muerto, me amas.