Equilibrar la balanza

A veces parece haber otro mundo ahí fuera,

un todo en el que me hago el ausente.

Entre periodos necesito estar solo,

no es algo a lo que me vea sometido,

es un deseo llevado a cabo

con gusto,

estoy conmigo,

escucho al universo respirar,

beso al sol en la mejilla...

A veces me gusta leer

y a veces no,

a veces escribo

y a veces no,

poco más tendría que contarte...

unas veces silencio,otras bullicio,

unas veces serio,otras don simpatía,

nunca cuerdo,quizás a veces un loco aburrido...

como ves no hay nada interesante por aquí.

Debo suponer

que diversos factores

han obrado minuciosamente

hasta crear una persona así,

o tal vez esto,como dicen,

ya estaba todo escrito,

sea como sea,disfruto de ello...

no impongo paredes a la luz

ni espinas a las pestañas,

dejo jugar y juego,

soy un niño en la cueva

soñando con El Dorado.

Iergo la cabeza hacia el techo

y cierro el espíritu,

eclosiona el espectro,

me gustaría sentir el perfecto sosiego...

pero el mundo de ahí fuera

es demasiado estúpido

como para mantenerse callado.

He formado un templo entre el desorden,

uno mismo es uno mismo sin nadie,

con alguien solo comparte pedazos,

dentro muere y renace el caos,

intento comprender el lenguaje del cambio.

Fuera hay otro mundo

que ebulle furia,

también soy parte de ese caldo...

aquí la calma es próspera

entre relojes que resaltan

una permanente muerte

y nada es bueno ni malo,

feliz ni triste,

todo es,hasta ahí se eleva.

No es tarde si aún

no ha florecido la oscuridad,

las balas aprenden su utilidad en la guerra...

solo o en compañia de la noche

intento conocerme mejor.

Escucho respirar a las baldosas,

beso en los labios a la luna...

a veces necesito estar solo,

apagar las voces,

desconozco otra forma de equilibrio.