Observando las grandes y pétreas
 gradas circulares 
 y aún hoy día ininterrumpidas 
 me vi, de pronto, inmerso 
 dentro del Anfiteatro de Pompeya.
 
 Al lado, 
 el imponente gimnasio
 con como modernos bancos 
 para los ejercicios, 
 diseminados a lo largo y lo ancho 
 de aquella edificación tan fascinante.
 
 Después, 
 la Avenida de Las Termas, 
 el foro, los templos 
 todavía esperando el momento 
 de los sacrificios y de las abluciones. 
 
 Luego,
 El lupanar: otro templo distinto.
 
 Finalmente, 
 las casas. Mi vista se detiene:
 ¡La Casa del Cirujano 
 Con sus mil instrumentos!
 Los hornos, los molinos, tabernas: 
 Todo ahí detenido 
 para que tú lo cuentes 
 y sientas el vesubiano fuego 
 quemando las entrañas de la tierra, 
 petrificando descuidados seres 
 en extasis de amor,
 transformando en cenizas la heredad.
 
 Pompeya, Herculano, Stabia 
 y otros nombres menores 
 que, como huellas, 
 continuarán resonando 
 durante muchos siglos.
 
 
 Pompeya (Italia). Primavera del año 2010.
- 
                        Autor:    
     
	Luis  Alvarez (Seudónimo) ( Offline) Offline)
- Publicado: 4 de abril de 2015 a las 13:20
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 103
- Usuarios favoritos de este poema: , , Claro de Luna, alicia perez hernandez

 Offline)
 Offline)
 
                      
			
Comentarios4
Hermoso y sentido amigo querido.
Me hiciste recordar mi viaje a Pompeya, ese recorrer esas calles, ver esas casas y pensar todo lo que sucedió en ese lugar.
Un gusto leerte amigo querido, paisano.
Un fuerte abrazo
Kavi
Todos huellas dejaron huellas en la historia y son las bases de neustra cultura.
Transmites la magnanimidad de los espacios con tus sublimes descripciones. Un abrazo
YO TAMBIÉN OBSERVO LAS HUELLAS
LINDAS QUE DEJAN TUS BELLOS VERSOS
ABRAZOS MI BELLO LUIS
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.