El lugar en donde anido tiene más piel que muros y en él me siento desnudo aunque me proteja tu abrigo.
Y no tenía nada más que el recuerdo, y no había recompensa más amable. Todo era poco y sin embargo, todo me faltó contigo.
Aunque conocerte fue sinónimo de experimento, pues tú, aunque lleves sal en los labios, seguirás teniendo azúcar sobre tu pecho.
Yo soy de aquí, de este terrón que duerme bajo tu lengua, mi azúcar morena.
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Autor:
Camilo Ernesto Ojeda Amaya (
Offline) - Publicado: 2 de febrero de 2015 a las 03:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuario favorito de este poema: Claro de Luna.
Offline)
Comentarios1
Hermoso poema en prosa. Que bueno que es entre la sal y el azúcar, es una buena combinación. Saludos
Muchas gracias. Las contradicciones son buenas combinaciones.
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