LA VENGANZA CIEGA DE SU QUERIDA!

jorge enrique mantilla

LA VENGANZA CIEGA DE SU QUERIDA!

 

Zigzagueando y tropezando de un lado para el otro, ido y confundido

De piedras y palos, del camino errante consumido

Del caserío a la choza, iba el tartamudo ciego, cabizbajo y perdido

Triste solitario, arrepentido, por haber perdido en desigual batalla, a su amor querido

 

Las ansias de venganza, carcomían su ser, en infierno y desesperanza

Recordando el día en que el avispado, enfurecido, se llevó a su novia querida

Que al remedar su tartamudez, en franca lid, a pedradas enceguecería

En desventaja y osadía, arrebató de sus brazos, a su amada consentida

 

No solamente se llevó a la mujer que él prefería, que a la postre, salió pervertida

Que con sangre arrebató las luces intermitentes de sus pupilas

Y por siempre en la penumbra, lo postró en vida, sometida y sufrida

De su interior, brotaba la llama de remordimiento, de envidia que lo invadía

 

De su caminar pausado, a tientas, maldecía su ceguera y tartamudez

Se refugió a solas en la choza preparada para su querida

A leguas de distancia, subsistía, esperando de alguien, su compañía

Su mente volaba y al acecho su sombra sin fin, lo perseguía

 

Se imaginaba corriendo por aquellos cerros y montañas aledañas

Pensando que aún tenían vida, frotando con sus dedos sus pupilas

Cultivando su parcela de cabras y ganado, la felicidad conseguiría

Con su morena la prole de hijos, con risas y alegrías mantendría

 

Al tropezar por aquel camino ardiente y polvoriento, despierta y de bruces

Rodando por el piso, en sangre y sudor quedan sus sentimientos

Echa mano al remordimiento, que lo lleva a fraguar de sufrimiento

La represalia lo acecha y del avispado, los celos de presentimiento

 

Se impacienta, sediento de revancha, como pudo, con puñal, al caserío llega

Con grito ensordecedor de vagabundo, al avispado reta moribundo

El perfume abrazador de su querida enardece las cuencas de sus pupilas

Se acercan los dos abrazados, el avispado con su mujer querida

Ya es tarde para ti, pobre enmugrecido, ciego tartamudo nauseabundo

 

Los aromas que despide el pachulí de su infeliz amada, por otro consentida

Le dio la luz y desprevenido con el puñal enceguecido

Zamarreó con furia y los despachó a los dos y sin vida

Allí quedaron tirados con hilos de sangre el avispado y su prometida.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla

Bucaramanga, Enero 24-2015

 

  • Autor: Joreman (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de enero de 2015 a las 12:58
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 74
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