De las gaviotas

Sara (Bar literario)

Ven amor. No tardes más. No vivas más sin mí. No deambules solo por tus calles. Átame de tu brazo, sentémonos en el parque, miremos las palomas volar hasta que sea murmullo, todo lo que nos rodea. Y seamos, tú y yo, los únicos que quedan después de todas las cosas que llamamos vida. Eres mi vida. Eres parte del sol. Me quemas. Eres parte de la lluvia. Me mojas. Eres mi corazón. Tan simple como eso. Te pronuncio en silencio. Te grito en silencio. Te hago el amor después de cada herida. Eres el amor que persiste en su sangre, eres la voz que coexiste en mi derrota. Te llamo fe y eres el sueño que no deja de existir.

Te amo. Me muero de amor. Mira cómo me muero para que sigas viviendo. Mira cómo llamo a la muerte para que me deje vivir dentro de ti. Mira cómo la noche se hace insomnio dentro de tus manos. Mira cómo se va mi cordura en tus besos. Mira mis despojos y vístete con ellos. Soy toda tuya, soy de tu cuerpo. Soy el alma de tus pasos. Soy el camino que nos lleva a estar juntos. Soy todo lo que no eres. Eres lo que no tengo. Somos nosotros los que llenan la tristeza para desolar a la soledad de su abandono.

Ven amor. Estás aquí. No dejes nunca este lugar que hicimos. No dejes nunca el retrato,  de dos sienes arrugadas que beben el café, junto a las golondrinas del domingo. El último suspiro después de este eterno, domingo triste. 

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Comentarios +

Comentarios2

  • 40

    Sublime. Me encanta, sobre todo el principio!
    Ha sido un placer leerte, Sara

  • moebious

    La cadencia prosaica es muy buena, es decir no pierde el ritmo. Lo malo de las prosas tan largas es que en algún momento hay que darles fin y no es fácil decidir el cuando.



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