15 de enero. Día del Educador en Venezuela

15  DE ENERO: DÍA DEL MAESTRO

         Hoy es el Día de todos los Educadores, en Venezuela. Sirva el momento, para hablar un poquito sobre el origen de la fecha. Sobre todo a los jóvenes colegas que, es posible, no conozcan las luchas libradas por los gremios docentes para alcanzar muchos de los beneficios que hoy tenemos.

         Un 15 de enero de 1932, algunos maestros influidos por el pensamiento educativo renovador de Don Simón Rodríguez decidieron crear, en pésimas condiciones económico-políticas, la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria. Descollaron nombres como los de Luis Padrino, Luis Beltrán Prieto, Miguel Suniaga (quien fuera su primer Presidente), Víctor Manuel Orozco, Santiago Schnell, Margot Lares, Virgina Martínez y otros que escapan a nuestra memoria. No bastaron los obstáculos del Ministro gomecista González Rincones, quien forzó a los maestros a renunciar a la sociedad conditio sine qua non para continuar en sus cargos. No bastaron las persecuciones sucesivas. Como siempre, unos se quebraron. Otros siguieron adelante.

         La alborada de 1936 afianzó el modelo económico petrolero y la SVMIP comenzó a realizar un trabajo a largo plazo: luchar por el Estado docente que hoy tenemos, por la obligatoriedad escolar de 4 a 16 años, por la creación de jardines de infancia, por la construcción de colonias vacacionales, de comedores escolares y por las reivindicaciones del maestro y su entorno. Ese mismo año se realizó la primera convención de la sociedad, en la cual se le cambió el nombre por el de Federación Venezolana de Maestros. Es notorio el hecho de que la FVM nace primero que los grandes partidos modernos venezolanos, primero que los sindicatos, con un ambiente unitario, autóctono, sin segregaciones políticas ni religiosas y con un pensamiento basado en el desarrollo integral del niño, del maestro, de la escuela y de la cultura. Lamentablemente no continuó de esta hermosa manera, lo que provocó sus ulteriores divisiones y paralelismos.

         Superados también lo avatares de la dictadura perezjimenista, bajo similares características a las del nacimiento, le vino el año 1958, con algunos de los viejos dirigentes y con la suma de una miríada de maestros jóvenes que nos incorporábamos para continuar con las luchas iniciales. La nueva Junta de Gobierno aumentó a Bs.700 el sueldo de los maestros, pero al año siguiente el Presidente electo les rebajó el 10% mensual, para colaborar con soluciones macroeconómicas que en nada se beneficiarían con nuestros escasos aportes. Recordamos que Domingo Alberto Rangel lo llamó el Plan Metrecal, aludiendo a una leche que estaba de moda para adelgazar.

         Durante este nuevo período se agudizó la discriminación política en las filas del magisterio. Se llegó al hecho de detener policialmente, por meses, a un gran número de maestros y en el período de reclusión les levantaron actas de aabandono de cargo. Así, para la historia, no eran despidos como políticos sino como irresponsables. Lamentablemente los gobiernos sucesivos no hicieron nada para curar o paliar la situación y, nuevamente y como siempre, algunos se quebraron. Otros siguieron adelante.

         Particularmente, nosotros nos incorporamos a estos menesteres en la Convención de Caracas (1958), en la de Tucupita y en la de Barinas. Desempeñamos la Presidencia de la Subseccional Miranda (Guárico) y la Secretaría de Reivindicaciones en la Subseccional Upata (Bolívar). Más tarde nos incorporamos al Colegio de Profesores  y a la Asociación de Profesores del Instituto Pedagógico de Caracas; pero ya esa es otra historia, diferente a la que quería contar.

         Hoy, saludamos y felicitamos a todos los educadores en su día, sin distingos políticos ni de niveles educativos. La educación es siempre un proceso cualitativo, en cualesquiera de las esferas en donde se produzca: Primaria, Básica, Media, Secundaria, Superior o Especial.

         Igualmente, hacemos un llamado, desde la quietud de esta ciudad santa y eterna, a restablecer los lazos de unión, sin detener la combatividad, que nunca tendrían que haber desaparecido en el seno del magisterio.

              Roma, 15 de enero de 2015.