No deja de sorprenderme
la arbustiva y humilde enredadera
que en otoño y en primavera
se muestra en la ribera.
Siempre armoniosa y bella
va dibujando sobre la tierra
una tupida alfombra singular
que nos invita a contemplar.
Con su verde traje de cola
reviste cuanto se le antoja
con un entrelazado natural
por la vereda del Parque Fluvial.
A ella no se le resiste nada,
sube a los árboles en la hondonada
y de ellos se cuelga en la bajada
formando un arco de verde esmeralda.
Con sus hojas por las orillas
y sus azuladas campanillas,
expande su natural caricia
dibujando en los labios sonrisas.
Yo la comparo en su camino
a los avatares del destino,
pues con fuerza y tenacidad
se puede lograr la felicidad.
Enredadera divina, eres de Buñol
una de sus muchas maravillas
que sólo necesita tierra y frescor
para lucir bajo los rayos del sol.
Y mientras tú estés ahí
yo seguiré estando aquí
escribiéndote con ilusión
versos nacidos del corazón.
Fina
Comentarios2
Me gustó. Besos. Buenas noches
Muchas gracias por leerme.
Un abrazo.
Pinceladas llenas de aroma y coleres hechas poesía en la amgia de tu pluma y tu sentir, querida y dulce amiga. Un deleite leerte. Me encantó.
Cálido abrazo con cariño... desde mi corazón a tu corazón, que tu noche sea grata y tu amanecer mucho mejor.
Carlos
Buenas tardes Trovador: Que bellas son tus palabras siempre que pasan tus ojos por mis humildes letras. Muchísimas gracias por estar siempre ahí y hoy en especial haciéndome partícipe del cariño de tu corazón que el mío acoge con devoción.
Un abrazo.
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