Mirando al sol
te marchaste sobre tus pasos
mustia, sola, callada
olvidando contar tus días
y dejaste en tu bolso
el carmesí del deseo
te perdiste amada
en el eterno lejano mar
la noche cubrió tus sombras
y brillantes las estrellas
iluminaron tu camino.
Recogiste tu cabello
antes de iniciar
tu canto de despedida
entonces unas gaviotas volaron
llevando tu alma al cielo.
© Emig Paz
Comentarios2
Doloroso poema, pero bello en su tragicidad; mis felicitaciones
saludos
Guillermo
Gracias Guillermo por tu lectura y comentario. Saludos cordiales
Muy hermoso y sensible tu preciado poema... amigo Emig Paz...
Un placer pasar por tu portal...
Un abrazo de amistad de CrÃspulo...
Gracias CrÃspulo por tu presencia. Un abrazo fraterno
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