Romance de luna

Andre Black

Pero cuando la luna se fijó que la noche terminaba y que de igual manera su encanto, entonces, se escondió detrás de un sueño….

Con los primeros rayos de sol, un enamorado abre los ojos para volver a la realidad. Después de una rutina diaria para hacerle la bienvenida al nuevo día, el enamorado, se da cuenta que tiene una idea en la mente, que baila y gira con una gracia muy especial. Convencido que simplemente es la mente atormentada  como la de cualquier enamorado, solo la ignoro…Aunque el tiempo tan cruel, se consume los minutos de la vida, llego la noche y el enamorado cerró los ojos y se encontró con la luna, que para esconderse del celoso sol, se metió en los sueños de aquel enamorado.

La sorpresa del joven enamorado, al encontrar al pálido astro, fue tanta que despertó; después del ligero transe, se fijó que la luna brillaba en el cielo nocturno, y que un rayo de su luz atravesaba su venta.

El enamorado, no sabía que pensar, no sabía si fue un sueño más o una realidad. Ante la duda y al no encontrar como saber si fue verdad o mentira, prefirió dormir.

Volvió a su mundo, el mundo de los sueños y mientras viajaba sobre nubes blancas que parecen algodón y donde existe un atardecer cálido, infinito de color naranja, volvió a mirar otra vez al ser pálido pero luminoso.

¡La luna! – fue su primera pensamiento. La siguió pero el ser se alejaba, la persiguió entre los sueños de sabor a chocolate y ante sueños de color arcoíris, pero siempre se le escapaba, pero ya  cuando el sol volvía y la noche terminaba, el sueño del enamorado se hizo más ligero y antes de despertar, pudo por fin alcanzar al bello astro.

¡Quién eres! – grito el enamorado.

Soy tu sueño, la luna – contesto el astro.

Entonces porque te alejas de mi – dijo el enamorado.

Porque te amo – respondió la luna mientras se desvanecía con los rayos del sol.

Al despertar el enamorado, se sintió feliz, la luna estaba enamorada, “¡Esta enamorada de mí!” – pensó. A la noche con una esperanza tan inocente, se acostó para volver a ver al astro, se recostó e inmediatamente volvió al mundo de arcoíris para un nuevo encuentro, y aunque busco por todos lados, no la volvió a ver. El enamorado la busco y espero la siguiente noche, y la siguiente y la siguiente… pero no volvió a verla y ni un rastro, señal o pista de aquel astro.

Aunque el espero, cada noche al ser que lo tenía encantado, el tiempo no espera y se fue consumiendo los años de aquel joven enamorado. Al cabo de una vida de sueños, en el lecho de muerte, en el último sueño, la luna volvió.  El enamorado que la reconoció de inmediato, le hablo.

Te he estado esperando – dijo.

Si, lose – respondió ella.

¿Por qué no llegaste antes? – pregunto él.

Ya te lo dije, porque te amo – contesto ella.

Pero si me amas, porque no llegaste antes de mi último sueño – dijo el con gesto molesto.

Porque a hora, es el momento en que podemos estar juntos…

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Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Muy hermosa y bella la prosa de tu bello cuento amigo Edi Andre...
    Un placer leer tus preciadas letras...
    Un abrazo de Críspulo...



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