En esencia.

Irene..

Sólo quiero difundir la esencia de mis poemas.

Para que el pueblo huela su perfume y se embriaguen de amor.

 

Y os liberéis.

Y os améis.

Y os impregnéis de mi locura de ángel puro.

 

Que muy pronto será sentenciado, al anósmico pre-juicio del diferente.

 

Porque sólo un corazón, maltratado enfermo roto y condenado

como el mío.

 

Posee la formula perfecta de la emoción.
puede tener el Don de saber, las notas que componen

 

La Fragancia de la Vida.

 

Porque las añadí en proporción secreta de Herida.
Por ello he de pagar ser arrojada, al precipicio de lo convencional.

 

Antes os pido..disfrutad de este momento saturado de lavanda.

 

Quiero que os toquéis de rosas

que os atra-beséis de azahares, gloria compartida.

 

Que os saboreéis a canela leve.

 

En el acto de aspiraros unos a otros, de reconoceros olor de cariño
sin esclavitud, que el tiempo es tan breve, multitud.

 

De niña perfumista, probé múltiples combinaciones.
Con las flores que yo misma cultivaba, en mi imaginación ajardinada.

 

Igual que me inventaba recuerdos felices de familia fantasía.

 

De memorias de alegría.
A las que acudir cuentos.

 

Los pétalos de mi jardín niña los sembré con mis alas.

 

Hechos de la misma naturaleza, con su mismo tacto y belleza frágil
tenían que serlo, era condición indispensable de sensibilidad.

 

Para luego echarlos a volar aires de esperanza.
A quien me los quisiera aspirar.

 

Todo delicadeza invernadero, que crecían perfumando, el país especial de Paradero.

 

Sólo yo sabía de su realidad, en mi creyente corazón.

 

Allí los recogía cada rocío, cada alba, cada fruto del amanecer.
Que mi cada vez mayor supervivencia engendraba ilusión.

 

Los escribí decantando su belleza en estos frascos de tinta.

 

Constaban, de un ya no puedo más de lágrimas de soledad
me voy a arrojar sangre de libertad, al vacío del papel en blanco ausente.

 

Juramento de fidelidad, gritado al cielo cada mañana al sentirse.

 

Que cumpliré a rajahabla del entregarse.

 

Calentaba su formula cada madrugada poeta .
con las entrañas abiertas de la verdad todoflorecida

 

El fuego más eterno que existe, por inapagable autocalidez.

 

Porque para un escritor de verdad la expresión:

“Te doy mi palabra”.

 

Del cariño manuscrito, es la oración más sagrada del mundo.

 

El aroma del amor más inalterable que Resiste.

 

Al paso marchito del tiempo.

A la volatilidad de las horas.

 

Yo sé que dar aliento de esperanza da felicidad.

Yo sé que abrazar susurro de, La vida es hermosa, da fortaleza.

 

Y eso permanece.

 

¡¡¡Cogedlos, cogedlos todos mis poemas!!
yo os los regalo cada valentía, en esta plaza pública virtual.

 

Nada os pido a cambio cada día, nada os cobro de espera.
Porque nada tuve, nada me amaron, con nada me alimentaron.

 

Por eso no tengo miedo, el atreverme a viajar sinceridad
a emprender búsqueda de humanidad.

 

Dicen, que no existe el Poema perfecto, pero yo creo que sí.

 

Se escribe con generosidad absoluta, uno de sus ingredientes fundamentales
junto con la humildad, de muy similar virtud invisible.

 

El hermoso suicidio de saber, que te estás matando de belleza
dejándote la miel de tu tiempo propio, de tu vida

 

..dictada para los demás.

 

Incluso, sin que nunca te hayan visto en persona desconocida.

 

Aprendí este oficio poeta, a base de golpes de sal
contra la en-callada realidad.

 

Daros prisa en frotaros con ellos

 

la anatomía del sentimiento,
el cuerpo de la pasión.

 

Que su fragancia es de duración volátil
igual que la etérea voz susurrada.

 

Atrapadla con los sentidos descontrolados, dentro de vuestra piel.

 

Cada movimiento coronario lo inspirará, a su modo de pulsar la vida, de sangrar la herida.

Como lo es el pasado, su canto, el olor más penetrante de la memoria.

 

Según como te hayan empapado sus aguas por destilar
sus pétalos por devorar.

 

Será esa decantación amatoria.
La resultante lágrima pura de tu nombre.

 

No os preocupéis por mi progresiva debilidad
puedo componer al instante de vulnerabilidad

 

millones de litros de palabras como estas.

 

Porque la sensibilidad, no precisa de medición, ni cálculo alguno.
ni de ensayarse prueba olfatoria, ni de pensarse racional matemática impura.

 

Solo unos pocos desafortunados como yo
Condenados a la desgracia de la soledad.

 

Podemos dar Impactando a la vez de mirar la bomba del autor
Respirar los estímulos de las calles, a todo plumón delicado.

 

Explosión de sensaciones, que nos entran aguijones

por los ojos de la observación clandestina.

 

Por los oídos de los sonidos, en convulsión de corazones.
por las manos, tocándolo todo de ponerme en vuestro hogar.

 

No lo envidiéis, esto no es un don, es una maldición de sufrimiento, que nunca acaba.
La espina esclava, la estaca en las muñecas del dolor extasiado.

 

Porque todo lo notamos literalmente de hambre

todo lo lloramos sangre, todo lo reventamos, todo nos desgarra alambre.

 

Todo es nuestro crucificado.

 

Y la única salida a ese afluente, es venir aquí a contároslo.
Haciendo que bebáis de mi misma fuente.

 

Leyendo que lloráis de mi misma boca..

..latente.

 

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Comentarios2

  • El Hombre de la Rosa

    Muy hermoso tu épico poema amiga Irene
    Un placer pasar por tu portal...
    Saludos de amistad y afecto...
    Críspulo Cortés Cortés
    El Hombre de la Rosa

  • rosamaritza

    Irene hermosa inspiración, bello te ha quedado este poema de amor, un abrazo amiga querida tqm.




    rosamary



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